Abrí el periódico. Sin darme tiempo a reaccionar, un brazo digital brotó de la pantalla y me pegó un bofetón. Una hostia de esas en la que te preguntas durante días cuál fue la razón. ¿Me la he ganado?, balbuceas avergonzada.
Era un titular con forma de brazo. Quizá os atizó también a vosotras: “Un estudiante fabrica una pistola con una impresora 3D”. Abajo, se argumentaba como un “ejercicio de libertad”. Para mí el golpe no fue sólo el contenido, sino el hecho de elegir algo así como cabecera de una portada.
¿Dónde están las noticias sobre el progreso no violento?, lamenté silenciosamente.
Mucho más abajo, una noticia pálida sobre la “gran novedad” de que las organizaciones sociales traten de utilizar la innovación para cambiar el mundo. Casi “colapso” de la concreción, la profundidad, el seguimiento realizado, la actualidad… ¡qué de recursos invertidos!
Me dolió también la falta de imaginación mundial. ¿Construyes una impresora mágica y lo único y más valioso que se te ocurre imprimir es una pistola? ¿Alguien hace eso y encima le regalas tu portada? ¿Es el Día Mundial de la Erradicación de la Fantasía y no me he enterado? ¿Te falta libertad y una pistola es la que te la va a brindar? ¿No se te ocurren más herramientas?
En la carrera de Periodismo te enseñan una serie de factores con los que decides si un hecho se puede convertir en noticia. Hay un criterio que me da la sensación de que se olvida o se toma a guasa habitualmente: el de progreso. Si un hecho transmite la idea de progreso, es muy posible que sea noticiable.
La impresora 3D es un avance tecnológico, sin embargo su uso y enfoque en este caso no me parece en absoluto equivalente al progreso. Por otro lado, cuando se publican otras noticias sobre el progreso (de ciencia, tecnología, etc.) parecen absolutamente alejadas del común de la población. En ellas rara vez tomas parte.
La verdad es que, de las pocas que veo de este estilo, en las que se suma el progreso con el hecho de que tú has tenido un mínimo que ver, es las que envían ONG como Amnistía Internacional en su revista o las que publica en su web (tienen una sección sólo de buenas noticias) celebrando cosas como la aprobación del Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas.
Posiblemente, sospecho, como surgía hace poco en una conversación, una de las actividades que pueden hacer más felices a las personas no es recibir o permanecer en la ociosidad. Quizá tampoco sea poder fabricarse una pistola con una impresora 3D. Quizá sea aportar, participar en una actividad en la que además pueda comprobar un progreso efectivo. Esa realización es mucho más mágica.
Así que, estos días he ido preguntando a la gente (sobre todo a cibercorresponsales): ¿qué fabricarías tú con una impresora así? Algunas respuestas:
- Una piscina
- Una casa de 1000000 metros cuadrados
- Una cámara de vídeo
- Un PC del nivel de los de la NASA
- Una llave para abrir los CIE
- Una bicicleta
- Ropa bonita y zapatos que no encuentro en las tiendas
- ¿Se podría hacer gente? Me haría amigos y amigas
- Yo con una impresora 3D… me fabrícaría una impresora 3D (¡mi preferida!)
¿Qué fabricarías tú con una impresora 3D?
¡Sueña! ¡Comenta! ¡Sueña un rato más! 🙂
Artículos relacionados con los criterios de noticiabilidad
Dora
Abanicos, para repartirlos en cuanto llegue el calorcito.
Instrumentos musicales.
Esther
Como ejercicio de libertad crearía recortadoras de pies para quien le da vergüenza tenerlos grandes o unas gafas que ayuden a la gente a ver las cosas de otra manera, también un espejo para quien quiera saber lo que pasa en todo el mundo y una casa para quien sea que no sienta que tiene un hogar allá donde está (incluidos los que viven en palacio también). Ah! y sobretodo un transformador del YO en NOSOTR@S 🙂
Gracias por el post de más de cuatro líneas!!
Olga
¡Qué de cosas! ¡¡Gracias por comentar a las dos!!