el blog de los proyectos de Olga Berrios

Activismo

El equívoco de la política de servicios

Francesco Tonucci en el libro “La ciudad de los niños”. Los femeninos los he metido yo, como casi siempre ¬¬ … El texto está un poco recortado y adaptado para que se entienda recortado.

La ciudad ha renunciado a ser lugar de encuentro y de intercambio y ha optado por la separación y la especialización como nuevos criterios de desarrollo.

Separación y especialización de los espacios y de las competencias: sitios diferentes para personas diferentes, sitios diferentes para funciones diferentes.

El centro histórico para los bancos, las tiendas lujosas, la diversión; la periferia para dormir. También están los lugares de las niñas y los niños: la guardería, el parque, la biblioteca; los lugares de las y los ancianos: los centros de día, la residencia geriátrica. También existen los lugares del conocimiento, los de las compras, los lugares de las enfermedades…

La separación produce disgusto, malestar, crea en las personas desgarramientos con la propia historia, con los propios afectos, obstaculiza la comunicación, el encuentro, la solidaridad.

Como compensación, algunxs administradorxs se han hecho cargo del disgusto y han desarrollado la política de los servicios.

Nuclear Family

Los servicios públicos se han vuelto el símbolo y el alarde de la buena administración: “¿Estás obligada a vivir lejos del cnetro urbano, lejos de las oficinas, de los lugares de la diversión y de cultura? No te preocupes, pongo a tu disposición medios de transporte público cada vez más rápidos, cada vez más eficientes”.

“¿No sabes qué hacer con tus hijas, no tienes posibilidad ni tiempo de poder educarles? No te preocupes, abriré para ti guarderías, centros de encuentro, bibliotecas…”.

“¿No sabes cómo atender a tus ancianas en tu pequeño apartamento del duodécimo piso, con el horario de trabajo que tienes? No te preocupes, te ofrezco centros de la tercera edad, viajes, vacaciones y residencias”.

A niñas y ancinas no se les permite o se les hace difícil vivir con su propia familia, en su propia casa, en su ciudad, pero se les ofrece lo mejor que pueden asegurar la moderna psicología, pedagogía, pediatría, dietética, geriatría.

La ciudad se da por perdida; los servicios mejores ayudan a soportarla, sin esperar cambiarla.

¿Y qué tal reducir horarios laborales? ¿Y qué tal apostar por ciudades y países menos centralizados? ¿Y qué tal exigir más parques y plazas? ¿Y qué tal mezclarnos más?

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Ilustración: Cali

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