el blog de los proyectos de Olga Berrios

Activismo, Madrid, Tetuán

Visita feminista al Museo Lázaro Galdiano

Hoy he visitado un museo de Madrid que tenía muy pendiente: el Lázaro Galdiano. Aunque, ¿deberíamos llamarlo así? (Silencio dramático.) Dejo ahí la pregunta para el final.

Es un museo con 4 plantas. La entrada general cuesta 7 euros. He dedicado 2 horas y media y no me ha dado tiempo a verlo todo al detalle.

En una misma sala puedes encontrar piezas iberas, tartesas o un retrato de Carlos III de 1760. Este megamix responde a que el museo realmente es una colección privada de un señor muy rico y muy culto… Espera, ¿la colección es solo de él? (Tensión ambiental.)

Del museo, suelen aplaudirse sus piezas de Goya, El Bosco, El Greco, Murillo o Zurbarán. Tiene además una barbaridad de libros, cerámica, armas, telas, joyas y esculturas.

Pero yo hoy lo he visitado desde una perspectiva feminista.

Palacio donde está el museo.

Recorrido feminista

El propio museo ofrece en su web una serie de 9 audios con explicaciones que destacan a 8 mujeres. ¡Os lo recomiendo!

Os hablo de 4 de ellas:

Emilia Pardo Bazán

Fue parte esencial de la revista La España Moderna, que era propiedad de y dirigía Lázaro Galdiano. También trataba temas feministas, algunos firmados por la propia Pardo Bazán.

El romance de ambos al parecer es inspiración para su obra “Insolación”, que hablaba de la libertad de las mujeres y escandalizó bastante. Curiosamente, envidiaba a las mujeres pobres porque se veían obligadas a trabajar.

Retratos de Pardo Bazán junto a portada de la revista La España Moderna.

Michaelina Wautier

Pintora del siglo XVII que vivió en Bruselas. Fue una de las pocas que firmó algunas de sus obras. Además, también se atrevió a pintar temas que estaban socialmente asignados a los hombres. ¿Te imaginas que solo pudieras pintar bodegones solo por ser mujer? Pues eso.

El museo tiene este San Juan Bautista que es suyo. Os animo a buscar otras obras suyas… ¡es increíble!

Niño joven con ojos muy expresivos y pelo largo. Nariz puntiaguda.

Sofonisba Anguissola

Pintora renacentista que trabajó en la corte de Felipe II. Se especializó en el retrato y alcanzó mucha fama. Aunque estudió con maestros, no le dejaron compartir espacio con otros aprendices hombres. Tampoco pudo formarse de forma completa. Le criticaron por volver a casarse tras enviudar.

Al no firmar sus cuadros por ser mujer, estos fueron mal atribuidos a pintores hombres.

El museo tiene este retrato de una joven dama.

Joven en retrato típico de la realeza con camisa blanca, joyas, vestido rojo, muy colorido.

Gertrudis Gómez de Avellaneda

Novelista, poetisa y dramaturga de origen cubano. Escribió la que se cree primera novela antiesclavista, incluso antes que “La cabaña del tío Tom”. Renunció a su herencia para evitar un matrimonio concertado. También se mostró a favor del divorcio y denunció la situación del sistema penitenciario. Fue rechazada para la RAE.

Este es un retrato de ella, obra de Federico Madrazo.

Rasgos serenos, quizá tristes. Mancha en la cara. Joyas, peinado y vestido revelan riqueza.

Los techos

Los techos del palacio llaman mucho la atención. Hay muchas imágenes de los y las artistas (¡pongo el femenino porque también hay alguna mujer!) a quienes admiraban.

Puedes encontrarte a Wagner, Beethoven, Chopin. Y, como Goya era a quien más admiraba, pues toma Goya y elementos de su obra en el techo de la entrada principal.

Si lo piensas, es un poco como cuando de adolescente decoras una habitación con posters de Take That o Backstreet Boys, ¿no?

Incluso en uno de los techos sale el propio palacio. Un poco auto referencial el tema.

La mayoría de las pinturas de los techos son obra de Eugenio Lucas Villaamil, de quien también hay obras expuestas porque resultó ser uno de los mejores copistas de Goya. Tanto que incluso se llegaron a atribuir obras suyas a Goya.

Sentimientos encontrados

La colección supera las 12 mil piezas. Tiene hasta joyería ibera. Una de las cartelas del museo señala:

Para la imaginación popular, decir colección es decir acumulación de riquezas y maravillas, en definitiva tesoro.

Que pocas personas puedan acumular tantísimo te da una idea de la desigualdad. Que muchas de estas obras no fueran protegidas y valoradas como bien común, sino como bien privado, habla de la carencia de gobiernos que valoren la cultura.

Por otro lado, también el museo te puede hacer valorar la capacidad de estas personas en pasar de la presión social. Así, cuando otras personas hablaban de “arte bárbaro”, fueron capaces de apreciar arte de otras épocas que ahora se considera parte de la Historia con mayúscula.

También sorprende, ahora en broma, esa facilidad para saber qué aparecería en los libros de historia del instituto. jejeje

El otro posible nombre del museo

Retrato de Paula Florido con un vestido blanco, pelo cano, bajando unas escaleras. Tiene un tono sereno y señorial
Paula Florido. Fuente de la imagen.

Si yo te preguntara dónde está el Palacio de Parque Florido de Madrid posiblemente no tendrías ni idea.

En verdad, ese nombre original del palacio que alberga el museo, el nombre que le puso el propio José Lázaro Galdiano, en honor a su mujer y supongo que como juego de palabras teniendo en cuenta su jardín.

Paula Florido es una de las 8 mujeres que destaca la visita feminista y, sin la cual, no hubiera sido posible la colección.

Así lo explica la propia visita guiada:

De no haber sido por la riqueza de Paula, no parece probable que la pareja hubiera podido disfrutar de una vivienda así ni reunido una colección artística tan notable. La importancia de Paula Florido para el museo no se limita a lo económico. Parece que su matrimonio con José despertó su gusto por las artes. Fue una parte activa en la adquisición de pintura inglesa, flamenca, joyería, tejidos y abanicos.

Durante la visita me preguntaba: ¿por qué el nombre original se perdió?, ¿por qué se bautizó el museo con el nombre del marido?, ¿por qué no se llama Museo Parque Florido?

Nuevas pistas para investigar

Mueble con 6 lados. Tallado en madera y pinturas con motivos religiosos.
Un señor tabernáculo.

Llevo mucho tiempo diciendo que “los caminos me llaman”. Voy en tren, recorro una ruta, andando o en bici, y me fijo en otros caminos que se bifurcan de mi recorrido o en los caminos que se ven desde la ventana. Me pico y, a veces, suelo volver a recorrerlos. Así encadeno caminos y caminos.

El caso es que el otro día andaba pensando que me pasa algo similar con… ¡todo! Libros, música, películas, exposiciones… Por ejemplo: ¿qué caminos se ven desde este museo?

¿Qué es lo mejor?

  • El propio edificio es espectacular.
  • La idea y el enfoque de la visita guiada feminista.
  • Que la visita esté en formato podcast. Es más seguro ahora con la pandemia y más barato que usar la audio guía. Y encima puedes volver a consultarlo desde casa, cosa que he hecho para este artículo.
  • Accesibilidad cognitiva. La señalización está genial. Cada sala con su panel principal. Aunque en alguna sala está al final y no al inicio, lo cual despista y te hace recorrerla 2 veces. También el personal del museo te pide un recorrido inverso a la numeración de las salas.
  • ¡Sus redes sociales! Me están encantando sus contenidos en Twitter.

¿Qué mejoraría?

  • La web no es responsive, es decir, no se adapta a los móviles.
  • Visita guiada con lectura fácil.
  • El horario cambia según donde lo mires… ¡y el que está mal es el de su propia entrada!

2 Comments

  1. Ena

    Me ha gustado tu post, es “otra” manera de ver este museo ?
    Si estás en modo museo, te recomiendo dos: el Cerralbo y el del Romanticismo. Este último tiene también un jardín pequeño, interior, donde tomar café con tranquilidad, sin bullicio.

  2. Comment by post author

    Olga

    ¡¡Gracias, Ena!! Ya visité ambos. jejeje

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