Hoy he participado en una evaluación de la accesibilidad universal de La Herradura realizada por vecinas, vecinos y personas expertas. Os cuento con detalle.
¿Qué es La Herradura?
La Herradura es un edificio enorme, casi un barrio, de viviendas de realojo. Es un barrio abandonado por los diferentes ayuntamientos. Según nos comentan, nunca se ha intervenido en él. Está cerca de El Ruedo, otro famoso edificio, señalado como uno de los más feos de Madrid. Ambos son ejemplos de una arquitectura para controlar a la ciudadanía.
Hace un tiempo escuché que muchos urbanistas (subrayo que uso un masculino no genérico) diseña(ba)n a vista de pájaro. El nombre del edificio refleja esto. A no ser que lo veas desde esa perspectiva, no entiendes que el nombre lo recibe por la forma que tiene.
¿Cómo hemos hecho la evaluación?
Nos hemos dividido varias tareas por equipos. En el equipo en el que he participado, nos hemos repartido varios roles para intentar cubrir una mirada más universal:
- 2 personas extranjeras que vienen al distrito por primera vez. El papel lo hacían Mareme y Birame.
- 1 persona ciega. Este papel lo hacía Micaela.
- 1 persona que usa silla de ruedas, que era Lucía.
- 1 persona de dinamizadora y que toma notas, que era yo.
Como portada del artículo tenéis una foto del equipo.
Hemos hecho 2 trayectos:
- Trayecto 1. De la asociación Apoyo a la parada de autobús y el metro por Vinateros.
- Trayecto 2 Del metro a la asociación por Manuel Machado.
Hay ideas que salen en ambos sentidos y las dejo solo en el trayecto 1 para no repetir.
Trayecto 1: coger el transporte
De calle Corregidor Diego de Valderrábano por Camino de los Vinateros hasta la parada de autobús y el metro. Fijaos que divido el trayecto por zonas y marco 3 puntos con una E de “encrucijada”.
Zona amarilla hasta encrucijada 1
Desde la asociación no hay forma de saber dónde está la parada de autobús o la boca de metro sin apoyo: tienes que preguntar, tener un plano en papel o en un dispositivo electrónico.
La asociación tiene un tramo de escalones sin barandilla.
Frente a la verja hay un bache, peligroso por posibles tropiezos y para personas con discapacidad visual.
La acera no es continua. Hay un acceso a una cochera sin rebaje.
Las ramas de los árboles están demasiado bajas y dan en la cara. Pueden ser molestas e incluso peligrosas para personas ciegas.
El equipo comparte que varias vecinas y vecinos protestan por este árbol muerto. Han solicitado que se retire porque puede haber peligro de caída.
Más pavimento en mal estado. En la zona amarilla es donde el pavimento se encuentra en peor estado.
El pavimento en mal estado puede provocar tropiezos. Es especialmente peligroso para personas con discapacidad visual y personas mayores. En algunas zonas, la persona en silla de ruedas va sorteando baches.
Llegamos a la encrucijada 1. Desde aquí, podemos sentir inseguridad si nos preguntamos hacia dónde proseguir nuestro camino. No hay señales ni forma de orientarse clara a no ser que te hayan dado indicaciones.
Desde aquí hay un camino peatonal más rápido hacia el metro, pero es imposible o muy difícil y peligroso realizarlo en silla de ruedas. Lo ideal es que se arreglara el problema con una rampa en condiciones, pero mientras tanto se podrían señalizar 2 rutas: una con escalera y otra accesible en silla de ruedas.
El equipo identifica el trayecto 1 como el itinerario más seguro y accesible, aunque es el más largo, para llegar al metro. Esquivamos la rampa aunque le dedicamos un romántico capítulo.
La rampa y la escalera de La Herradura
Este es uno de los peores puntos. Hay una rampa que no cumple la normativa. Está demasiado inclinada, no hay bordillos de seguridad y tampoco tiene pasamanos.
Se trata de rampas hechas para subir con carritos de la compra. No están pensadas para personas que usan sillas de ruedas.
Además, desde la encrucijada 1 hasta aquí el pavimento está en mal estado.
El premio al pavimento en peor estado se lo lleva este escalón levantado junto a un bache, un peligro latente.
Más pavimento en mal estado en la esquina.
Zona amarilla tras encrucijada 1
Más pavimento roto.
Zona que Lucía ha tenido que sortear.
Alcorques en mitad de la acera. A pesar de que la acera es grande, uno está vacío, interrumpe la continuidad del trayecto y puede suponer un peligro para personas que van despistadas o con baja visión.
En esta esquina observamos pavimento podotáctil que señala un cruce. No tenemos ningún recurso para orientarnos, así que debería haber alguna señal que indique hacia dónde está el metro.
Zona rosa
Aunque debíamos centrarnos sólo en llegar al metro, observamos contenedores de basura imposibles de usar para personas con silla de ruedas o peligrosos para personas de escasa estatura o personas mayores con problemas de equilibrio o sin mucha fuerza.
Encontramos varios postes en medio de la acera. La silla de ruedas puede pasar, pero pueden ser peligrosos para personas con baja visión o despistadas.
Encontramos varios cruces señalizados con pavimento podotáctil. Eso es positivo.
Notamos que todos los semáforos por los que pasamos cerca o usamos tienen información acústica, es decir, el pitido que ayuda a las personas con discapacidad visual a saber cuándo cruzar.
Otro poste peligroso en mitad de la acera.
Más pavimento podotáctil señalizando un cruce. Esto lo valoramos.
Justo en el número 25 de la calle encontramos un desnivel, de la entrada a una cochera, que no dispone de pavimento podotáctil. Puede ser incómodo o peligroso para una persona con discapacidad visual.
Micaela nos informa de que las terrazas suelen ocupar mucho espacio. Quizá deba valorarse en otro momento, ahora no están puestas, si dejan el suficiente para pasar.
Nuevo cruce señalizado con pavimento podotáctil.
Nos preguntamos si el puesto de la floristería puede resultar peligroso para una persona con discapacidad visual. Pero no lo vemos tan urgente como otros puntos.
Junto a la floristería, esta trampilla también está en mal estado.
Así llegamos a la encrucijada 3 del trayecto 1: la esquina con Camino de Vinateros. Encontramos pavimento podotáctil. No hay señales.
Zona azul hasta el autobús
Desde la esquina, afinando la vista, es posible apreciar la parada de autobús.
Aquí también encontramos pavimento en mal estado. En este caso, también es peligroso para bastones de personas ciegas, ya que el bastón puede quedar atrapado ahí.
Lucía nos indica que la acera está inclinada y las ruedas se escurren. Ha estado a punto de golpear sin querer a Mareme.
No se ven las líneas de la parada de autobús hasta que no estás a 1 metro de la parada. Las ramas de los árboles y el tamaño y posición de los números lo impiden. Sin embargo, la publicidad se ve perfectamente.
Zona azul hasta el metro
Nos encontramos una rejilla peligrosa, sobre todo porque los bastones pueden quedar atrapados en ella.
Sigue sin verse el metro desde aquí.
Otra rejilla peligrosa debido a lo grandes que son sus agujeros.
Llegado al cruce, la boca de metro más lejana es la que mejor se ve.
El cruce tiene semáforo, excepto la salida del aparcamiento del centro comercial. Lucía expresa su inseguridad en este cruce. Piensa que los vehículos deberían circular a menor velocidad.
Una vez en la acera, podemos ver la boca del metro. Aunque no se ve el cartel por el arbolado. Se podría pensar que es una escalera de entrada al aparcamiento. Hay 2 caminos: uno pavimentado y otro de tierra. Micaela consulta cómo una persona ciega identifica por cuál ir sin acabar llena de barro en un día lluvioso.
Micaela, completamente metida en su papel de persona con discapacidad visual, al ver estas vayas pregunta indignada: “¿Y esto para qué es?”. Teme que, si realmente se moviera con bastón, se tropezaría con ellas.
Por fin llegamos al metro y podemos ver el cartel. Todos estos obstáculos se pueden encontrar las personas en … ¿adivináis cuánta distancia? … pues … redoble de tambor … ¡700 metros!
Y, encima, para Lucía no es de mucha utilidad haber llegado aquí puesto que la boca de metro no es accesible en silla de ruedas.
Trayecto 2
Camino de Vinateros, calle Manuel Machado y calle Corregidor de Valderrábanos.
Salimos del metro. Imaginamos que somos personas que no conocen el lugar y no nos han dado indicaciones para llegar a la asociación. No hay forma sencilla de orientarse.
Imaginamos un cartel. Pero, ¿y si hubiera 13 asociaciones, ponemos 13 carteles? Imaginamos otro cartel que señalice La Herradura y, al llegar allí, el cartel de la asociación o un directorio en el caso de que hubiera 13 asociaciones.
Birame asegura: “Llevo muchos en la asociación y no sabía que La Herradura se llamaba así ni por qué”. Así pues, si no se populariza el nombre, no tiene mucho sentido señalizar.
Nuestro compañero comparte las indicaciones que le dieron la primera vez: “Pasa el Alcampo y la asociación está donde el jardín”. Como vemos, el centro comercial sirve de referencia para orientarse.
La única ayuda a la orientación es este cartel del jardín, pero el equipo no parece encontrarle gran utilidad. “Aquí o lo sabes o no lo encuentras”, sentencia Micaela.
Sin embargo, el acceso por aquí es impracticable para Lucía. Hay escaleras y una rampa demasiado inclinada.
Lucía ha intentado subirla, a pesar del posible peligro, y la silla se bloqueaba. Varias personas se han quedado a observar. Parecía una performance. Una señora muy amable se ha acercado a indicarnos por dónde acceder. Le hemos informado de que nuestra intención era probar la accesibilidad.
Al final de la rampa, de todas maneras, hay varias barreras. Al principio, no hemos entendido nada. Luego hemos llegado a una conclusión: ¡son para evitar que se roben los carritos de la compra!
Le he pedido a Mareme que piense que es una señora mayor y necesita sujetarse a la barandilla para subir las escaleras. La situación ha sido muy cómica porque Mareme es muy alta y la barandilla está muy baja. Además, es muy gruesa. Mareme no paraba de reírse de lo absurdo de la situación.
Evitamos el centro comercial por su falta de accesibilidad. Volvemos hacia el cruce siguiendo por Camino de Vinateros. Desde el cruce, a lo lejos, vemos nombres de calles.
Debemos acercarnos para poder leerlas.
En el cruce con Alcalde Luis Marichalar encontramos este bolardo inclinado.
El cruce no es tranquilizador. Da a él una salida del centro comercial y hay mucho tráfico que sale a mucha velocidad y con agresividad.
Nos encontramos varios alcorques en esa acera sin bordillo. Una persona ciega podría no identificarlos y tropezar.
Encrucijada 2
Nos encontramos con la encrucijada 2. La forma más directa de ir es recto. Al fondo se ve el jardín de La Herradura. Pero ahí es donde está nuestra famosa y romántica rampa.
Si no vamos con silla de ruedas o en general problemas de movilidad, encontramos dificultades de orientación. Para empezar, la calle Machado gira y … ¡se sigue llamando calle Machado!
Subes las escaleras y tampoco hay nombres de calles por ningún lado.
Tampoco encontramos el nombre de la calle al doblar la esquina. ¡Mucha suerte!
Zona rosa
En la encrucijada 2, optamos por intentar volver por esta calle a nuestro itinerario accesible. En la acera derecha hay salidas de cocheras. Eegimos la acera izquierda.
Pero la acera se va estrechando. ¿Y si voy charlando con una amiga con silla de ruedas? Tenemos que ir en fila y no a la misma altura. ¿Y qué pasa si otra persona en silla de ruedas viene por el otro sentido? Una de las dos debe dar la vuelta para dejar pasar.
Además, la acera acaba con un grado de inclinación que promete sudor.
Micaela ha reflexionado: “Esta calle es para coches, no para personas”.
Y, para más inri, la acera acaba en bordillo sorpresa. Lucía, autocalificándose como “heavy metal”, lo baja seguida del estrépito de su silla contra el pavimento. ¿Y si se hubiera roto la silla? ¿Y si Lucía no frena bien y acaba en la calzada? ¡Demasiada aventura! Desde luego, descartamos este camino.
Zona azul
Pues imagina que vas andando y buscas el número 45 de la calle que señala el cartel: Corregidor Diego de Valderrábano. Sabes que estás en los impares. ¿Qué haces? Seguir andando por la acera, toda recta, imagino.
Imagina que antes de cruzar se te ocurre mirar hacia atrás y descubres que, doblando la esquina, ¡la calle se llama igual!
Y ahora es cuando os estalla la cabeza. En azul, la calle Machado. Puedes observar que hace una curva y luego baja. Es como una P mirando a la izquierda y sin cerrar.
Pero la grave es la calle Corregidor de Valderrábano. Está marcada de rosa. Su forma es como una F mirando a la izquierda y con un lacito en la barra superior.
La Herradura está entre el lacito de la F y la curva de la P.
¿Magia, eh? Y no es el único sitio en Madrid donde hay calles-barrio o calles-laberinto. ¡Para orientarte, mejor usa brújula o las estrellas!
Seguimos. Observamos que los números de los portales no se ven a no ser que estés frente al portal. Así que desde lejos no sabes a qué altura estás y cuánto te queda.
Además, como cada portal es idéntico al anterior, también puede desorientar. Una propuesta: poner de colores cada portal. Quizá en el orden del arcoiris. Y, además, señalizar con número gigantes los portales y en un sitio más visible.
¡Ay, canalla, ahí está el número del portal escondido!
Vale, casi llegamos. El cartel de la asociación es pequeño y poco visible. Lo tapan los árboles y una camioneta. Idea: crear un cartel mayor y disponerlo más cerca de la acera.
¡Por fin! ¡Hemos llegado!
Fefa
Gracias, Olga. Y, gracias al resto del equipo. Las personas que viven y visitan La Herradura os lo agradecerán también si somos capaces de conseguir entre todas que se pongan en marcha las soluciones.
Mareme
Gracias Olga por el gran trabajo que usted ha hecho. Me ha realmente encantado estar en su grupo. Ahora esperamos los soluciones por un moratalaz accesible para todos especialmente en la herradura.
Micaela
Que buen trabajo Olga. Me encanta como lo cuentas y que buena la secuencia fotografica. Esperamos que empiezen a llegar soluciones.
Fadhila
Muchas gracias Olga! Qué didáctica tu forma de explicar! Ojalà consigamos cambios, la gente del la Herradura, se lo merece.
esther
Muchas gracias por tu trabajo y interés, muchos de los que vivimos aquí estamos deseando que realmente se haga algún cambio para que mejore la plaza. Sobrfe todo ahora que desde que cambiaron las luces de las faroles no se ve nada.
Una pena
Héctor
Muchas gracias Olga por esta evaluación de la accesibilidad de “La Herradura”. Un gran trabajo que los vecinxs te estamos muy agradecidxs.