A veces, las prácticas personales y organizativas siguen unos caminos y la teoría y terminología otros y tardan en encontrarse. Estoy convencida de que esto ocurre con la accesibilidad cognitiva: muchas personas la hacemos sin saber que lo es.
La accesibilidad cognitiva es hacer el mundo más fácil de entender. Es la propiedad de los entornos, los productos, los procesos, los dispositivos que son fáciles de entender.
Aunque hay personas y organizaciones que llevan ya muchos años practicando y estudiando la accesibilidad cognitiva, la verdad es que -para la mayoría- o es algo desconocido o están iniciando los proyectos o ¡incluso! no han identificado que lo que hacen se puede clasificar como accesibilidad cognitiva.
De hecho, esto es algo que a mí me ha ocurrido. Antes de conocer la lectura fácil, ya hacía algo parecido. Cuando daba clases a mujeres magrebíes que querían aprender a leer y escribir, me recuerdo adaptando una convocatoria para una manifestación o dibujando un cómic muy sencillo de una anécdota que habíamos vivido. Son materiales que usamos en las clases.
Cuando trabajaba en la Plataforma de Infancia, teníamos la Convención de los Derechos de la Infancia adaptada a 3 tramos de edades. En Cibercorresponsales, publicaba siempre con un chip puesto en las edades a las que nos dirigíamos, aunque sin conocer una metodología. Incluso, si lo miras de una forma amplia, el emprender un proyecto en el que las niñas y niños compartan información y comuniquen entre iguales… ¡también es una forma de hacer el mundo más comprensible!
Es decir, todo eso que hacíamos era, de alguna forma, una forma de facilitar la comprensión del mundo. Era accesibilidad cognitiva.
Ahora soy responsable de accesibilidad cognitiva en Plena inclusión. Estamos organizando un Congreso Estatal de Accesibilidad Cognitiva y, para éste, queremos identificar experiencias, proyectos e iniciativas.
Desde luego, los hay con mucha metodología, trayectoria y sistematización por detrás. Pero, teniendo en cuenta el estado del arte actual, creo que nos interesa identificar también las experiencias que han realizado acercamientos, aunque aún carecen de esa metodología y sistema… pueden ampliarnos la mirada y apuntarnos nuevos retos y sentidos.
Por ejemplo, hay un proyecto llamado Mosaico de Sonidos que intenta promover orquestas inclusivas en las que, al menos una pieza del repertorio, es interpretada por músicas y músicos con y sin discapacidad intelectual.
Para poder llevar a cabo este proyecto, se tuvieron que adaptar partituras, se tuvieron que adaptar incluso instrumentos (por ejemplo, pintando de colores las teclas de un piano para facilitar su diferenciación) o se incluyeron personas de apoyo que marcaban el ritmo a las personas.
El otro día me hablaron de una tienda de ropa que facilita identificar las tallas de ropa porque, además de los números, las identifica con colores.
Quizá no se han relacionado estas acciones con la accesibilidad cognitiva… ¡pero lo son!
¡Cuenta!
Y tú, ¿conoces algún ejemplo de personas, organizaciones, administraciones empresas… y en general conoces ejemplos que facilitan la comprensión del mundo?
Ismael Esparza
Me encanta tu trabajo, saludos desde Mexico!
Olga
Saludos, Ismael. ¡Gracias por tus palabras!