Ya os he presentado en un post anterior el Informe Mundial sobre el Derecho a Decidir del año 2014 publicado por Inclusion Internacional y os contaba por qué lo he leído.
Ahora quería destacar la frase que más me ha alucinado de todo el informe.
Se ha consultado a familias de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo qué necesitan para brindar apoyo a sus familiares para que tomen sus propias decisiones. Sobre la página 83 y 84, hay una tabla que resume sus respuestas.
Por ejemplo, indican que necesitan comprender los modelos legales basados en la sustitución (de la que os hablaba en el artículo anterior), necesitan información sobre cómo practicar la toma de decisiones con apoyo, necesitan información sobre recursos disponibles, creen que las personas interesadas necesitan educación sobre el derecho a decidir, necesitan ejemplos de la vida real, aliarse…
Y entre todas esas necesidades, señalan la siguiente:
Necesitamos que la comunidad tenga expectativas elevadas de nuestras hijas e hijos
¡Me chifla la frase!
En el derecho a participar, no sólo es importante que te escuchen, sino también es fundamental que te escuchen con cierta actitud. En mi experiencia con adolescentes, niñas y niños, he visto, y me han contado, que muchas personas adultas (e incluso sus pares, es decir, chicas y chicos menores de 18) no escuchan con interés.
Hay escucha falsa. Escucha por obligación. Escucha sin el ánimo de incorporar sus aportes, interpretar las expectativas de las y los que hablan.
Creo que la verdadera participación se debe fundamentar en personas que se escuchan mutuamente esperando del resto grandes cosas.
[tweetthis]La participación se debe basar en personas que se escuchan esperando del resto grandes cosas[/tweetthis]
De esta manera, aumentan su motivación y sus ganas de participar y sentirse libres.
Posiblemente se podría decir que ésta es una escucha relacionada con los cuidados: cuando me escuchas así, me estás cuidando.
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