Ayer me pareció escuchar a un niño preguntándole a un hombre:
¿Tú sabes volar?
El tema derivó en una encuesta entre gente cercana sobre lo de volar.
Esther dice que, para volar, se convierte en supersaiyajin, al estilo Son Goku. Acumula mucha energía en su cuerpo y sale pitando hacia arriba. Declara que, por otro lado, le da bastante miedo lo de aterrizar: nunca sabe cómo hacerlo.
Ney dice que vuela muchas veces. Cuando era pequeña todos los días (incluso hubo una época en que lo tenía en secreto). A medida que se ha ido haciendo mayor, la frecuencia ha disminuido, pero no pasa mes que no lo vuele. Y esos días son guays. Al día siguiente, se levanta súper feliz.
Ney ha probado de todo para volar, hasta impulsarse con una bolsa de basura…pero el 90% de las veces, para volar, salta desde un lugar alto. Y hay veces que sube tanto que se va hasta el espacio. Eso, la verdad, le da a la vez miedito y emoción.
Yo, para volar, tengo que coger impulso en una cuesta hacia abajo. Corro y corro, luego salto y empiezo a bracear. Tengo que moverme como nadando a braza en la piscina. Es agotador pero, cuando cojo altura, merece la pena.
Y tú… ¿cómo vuelas?
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Imagen: Hayashi Natsumi, fotógrafa japonesa que se dedica a fotografiarse volando
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