¿Te imaginas pedalear en bici entre dos mares?
Tras dar una vuelta por las principales ciudades de Holanda: desde Ámsterdam pasando por Utrecht, Gouda, Róterdam, Delft, La Haya… Nos dimos cuenta de que teníamos aún días por delante. Decidimos ir hacia el Norte: Volendam, Edam y llegamos a Enkhuizen. Desde allí seguía la ruta hacia Lelystad, al otro lado del mar, según el mapa del libro, pero nos tenía confundidas: ¿cómo íbamos a cruzar el mar? ¡parecía que nos mandaba volar sobre el agua! ¿Sería un error?
Al llegar a Enkhuizen lo comprendimos todo: se trataba de un dique. Un dique de 30 kilómetros con agua a ambos lados.
A la derecha, el Markermeer, a la izquierda el Mar del Norte.
Una sencilla ruta si te pilla el viento favorable. Una tortura si el viento no acompaña.
Así que… echamos unos gapos para comprobar que el viento estaba a nuestro favor. Apechugamos dique, con el miedo a que el viento cambiara. Y así, dos o tres horas acompañadas de agua, gaviotas y cisnes.
Por la mezcla de aventura, paisaje, sorpresa y terreno completamente particular… posiblemente uno de los recuerdos más impactantes del viaje y de todas mis cicloandanzas 🙂
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