Ooooh… No llegamos en la época de los tulipanes, y extrañamente tampoco encontramos ninguna plantación de marihuana, al contrario que en otros viajes >_< … pero sí llegamos en la temporada de las cerezas. ¡Vivaaa! ¡¡MUCHO MEJOR!! XD
En una zona, nos topamos con muchos puestos “fantasma” de cerezas. Es decir, como en otros países, hay paquetes de cerezas, el precio indicado en un cartel y un bote donde depositar el dinero. Sin embargo, y esto es lo sorprendente para quienes viajamos desde España, no hay nadie vigilando el negocio.
Había otros no sólo vigilados, sino dinamizados casi cual mini feria.
En este en el que paramos, en el que pudimos probar un fantástico helado de cereza… vimos estas cajas y a este señor que… fijaos bien… ¿¿qué imagináis que está haciendo??
Si os fijáis en la boca, ¡está escupiendo! Es una competición de lanzamiento de carozos (huesos) de cereza. Las cajas están numeradas según la distancia y suponemos que, si alcanzas las más lejanas, logras algún tipo de premio fruitariano.
Los puestos tienen aparcamiento para bicicletas también y merenderos cubiertos.
Incluyen una pila y colador para lavar las cerezas recién compradas.
Señoras y señores… ¡Esto es el progreso! XD
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