En algunos momentos, aunque fuera verano y lleváramos un saco de invierno, no era suficiente para combatir el frío y la humedad en Holanda.
A Mariluz se le ocurrió que durmiéramos con el petate, que usamos generalmente para empaquetar las alforjas en un único bulto y facturarlo así.
Aquí nos veis: dentro del saco y dentro a su vez del petate. ¿El resultado? ¡Todo un éxito!
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