La verdad es que yo, hasta hace muy poco, no había identificado el piropo como una forma de acoso. Es obvio, ahora que la identifico*. Pero no.
Lo que ocurre con esto del piropo es una contradicción tremenda.
Por un lado, la sociedad, y el presunto objetivo del piropo, te dicta que es adecuado recibir piropos. Es signo de que no sólo eres aceptada, sino que además se reconoce un éxito en el plano físico. Además, se te antoja imposible de contrarrestar (individualmente). También te encuentras como muchas personas que lo apoyan. Algunas mujeres lo aprecian. Los hombres que te acosan dan miedo y asco, generalmente el resultado de una confrontación no es precisamente una reducción del acoso… Y encima te toparás con quienes te acusen y se mofen de que no seas capaz de aceptar el cariño ajeno con comentarios tópicos: “Encima que has ligado” o “¿Cómo te puede molestar que te intenten alabar?”. Quizá incluso seas tachada de estrecha. Mojigata. Remilgada.
Por el otro lado, en la mente de muchas mujeres, a pesar de haber crecido y aprendido con esas lecciones sociales, se genera una reacción de repugnancia y violencia ante el piropo. Por las formas, por el contenido, por la cantidad, por el contexto, por la procedencia. Te sientes insultada. Se produce una especie de cortocircuito: te descubres odiando a esa persona, quizá incluso insultándola o rehuyendo. No analizas más allá la contradicción de tus sentimientos con lo que te han dictado. “Qué asco”. Y sigues adelante.
Yo identifiqué el piropo como forma de acoso gracias al proyecto de El cazador cazado de Alicia Murillo.
Más tarde, me reí con la Loca de mierda. Recordar este vídeo cuando vuelve a pasar, al menos te divierte. Pero prosigue la pura resignación. No hay ley ni escudo que te proteja.
Ahora que ya lo he identificado como una forma de acoso, siento una leve paz. Al menos vivo sin ese cortocircuito. Pero me falta algo: ¿cómo acabar con el piropo?
Reconozco que todo esto lo llevo charlando y reflexionando unos meses, pero hoy mismo he leído un artículo de una cibercorresponsal que firma como sararockguitar. Ella acaba de comenzar el instituto, parece que ha dado “el cambiazo” y nos comenta que ha empezado a recibir muchos piropos.
Dice en una parte:
Al principio te sientes halagada y te lo tomas a bromas riendo las gracias de los piropos, pero una vez que la cosa va a más, aguantando cada piropo cada vez que pasas por delante de algún chico, ya no era tan agradable ya que los piropos cada vez eran más bastos y brutos.
Encima va la pobre a pedirle ayuda a su hermano y él le dice que todo eso es bueno.
Está claro que el primer paso es identificar el piropo como una forma de acoso callejero.
Al buscar documentación para responderle, he encontrado un muy buen reportaje en cuya elaboración han participado adolescentes nicaragüenses.
Algunos acosadores lo argumentan así:
- “Somos hombres y eso es lo que hacemos los hombres”
- “Es algo normal, natural”
- “Me gusta apreciar la belleza de la mujer”
- “Todo eso siempre ha existido” (¡dice una abuelita! pobre…)
- “A la mujer le gusta que un hombre le piropee”
Mientras, varias encuestadas dicen…
- “Siento como si tocara incluso mi cuerpo”
- “Ningún piropo me halaga”
- “Me siento insegura, nerviosa, enojada… porque me siento impotente al no poder decir nada”
- “No me gusta. Me siento muy incómoda”
- “Siento impotencia de no poder voltearme y girarme a preguntarles ¿qué pasa? del miedo a la reacción”
También te asaltan grandes dudas:
- ¿Realmente les produce algún placer el piropo, teniendo en cuenta que la reacción suele ser negativa?
- ¿Consiguen algún resultado así?
- ¿Un piropo es un piropo? ¿Se dan cuenta de que intentan agradar forma desagradable? ¿Qué sentido lanzar un piropo cuando generalmente las mujeres lo perciben como una agresión?
- ¿Es realmente tan inofensivo como lo disfrazan? ¿Exageramos?
- ¿En qué línea un halago pasa a convertirse en acoso?
En el reportaje se añade algo tan interesante como contundente. El piropo es un mecanismo que tienen los hombres de dominar y sentirse superiores.
La mayoría de las mujeres nos callamos al recibir piropos, tratando de evitar que crezca el conflicto. Incluso, a menudo, se retira la mirada a los hombres. Si llevas puesta una sonrisa y te encuentras con la mirada de un hombre, es posible que la borres para no darle pie. Por si acaso. A mí esto, sin ir más lejos, me ha pasado hoy. Como muchos otros días.
Los piropos se amplifican en la escala de la repulsión si encima paseas de la mano con otra chica, le acaricias, le abrazas o le besas. Aunque las reacciones a esto merecen un artículo propio, ya que no parte del machismo, sino también pura lesbofobia o incredulidad.
Hay incluso chicas que cambian su vestuario o dan grandes rodeos en sus trayectos para evitar a sus acosadores regulares.
En el reportaje, una mujer indica que, debido al silencio como respuesta, los hombres pueden estar pensando que precisamente apreciamos su piropo. Pero el reportaje propone sólo una solución: llamar acosador a quien te piropea. ¿Dónde nos lleva todo eso si la solución se reduce a acusar y ponernos así en peligro?
Posiblemente, la solución no sea individual, sino colectiva. Es otro asunto de los que hemos empezado a hablar y hay que hablar hasta que todo o casi todo el mundo lo maneje. De esta manera, tanto mujeres como hombres podrán juzgarlo y quizá reconocer y evitar este tipo de agresión.
Así, quizá lleguemos a recuperar el derecho a caminar tranquilas por la calle o el instituto, en caso de Sara. También, un poco más adelante, quizá obtengamos el derecho a mirar o incluso sonreír a un hombre sin temor.
Notas.-
Escribo este artículo pensando en el piropo y acoso de hombre a mujer, por mayoritario, aun siendo consciente de que se produce en muchos sentidos: mujer a hombre, hombre a hombre, mujer a mujer, etc.
* De hecho me es tan obvio que ahora pierdo la paciencia y me indigno con quienes no lo identifican así aún.
Foto: Allan Psicobyte. “Si eres mujer, tienes que encajar aquí”
frarruco
Como si los hombres no tuvieramos que aguantar piropos! O peor aún, insultos por ser feo… en fin, las feminazis como siempre mezclando todo con el machismo.
Miguel
frarruco, lo que te dice tu abuela no cuenta como piropo.
Olga
Señor comentarista frarruco:
Quizá no ha llegado al final del artículo en el que menciono que este acoso también lo reciben los hombres, qune de manera minoritaria. También menciono mi inocente ilusión de desear sonreír y mirar sin miedo a ciertos tipos. Pero, con gente como usted que parece defenderles y restarnos a nosotras, esa ilusión parece aún más imbécil de lo que temía al redactar este artículo.
Dora
Yo diferenciaría entre el piropo (que te lo puede decir un amigo incluso) y el acoso verbal. Que te digan ciertas obscenidades procedentes de desconocidos, es acoso, porque hay una intención sexual y humillante. Es como distinguir entre el que escribe cualquier tontería en un muro y quien realmente desea expresar algo con un graffitti.
Mario
Para mí es muy evidente que el piropo puede ser y es utilizado como una forma de agresión. A mi novia le ocurrió hace un par de años un conflicto en el trabajo por esa cuestión, procedente de un tiparraco cuya forma de acosar a todas las chicas es ir de “galante”, esto es, en su inframente, decir piropos como forma atenuada del acoso. Olga, ya sabes, eres mi feminazi preferida … farruco, si le pasase esto a tu madre, tu hermana o tu novia, ya veríamos lo que hacías, aunque me temo que a tí no te pasará en la vida… (eso que comentas de que los hombres tenemos que aguantar que nos llamen “feos”, es verdad, pero también les pasa a las mujeres, y de paso que las llamen “gordas” “tontas”, etc etc etc…)
Vivi
Por ampliar la mirada reconocemos que hay piropos de hombres a hombres y de mujeres a hombres, pero la realidad aquí y en el resto del mundo es que los piropos mayoritariamente son de hombres a mujeres, porque el cuerpo de la mujer ha sido cosificado y como lo expresa el artículo nos llega a parecer “normal”, deberíamos sentirnos halagadas porque a otro/s guste nuestra apariencia física y ese otro/s tengan o sientan la libertad de expresarlo públicamente?
Y sobre lo de feminazi últimamente me causa más risa que indignación la estúpida utilización del término, avanzamos en derechos y libertades y no a todo el mundo le gusta que lo expresemos.
Bravo por el post!!!
Esther
Muy, muy interesante el post y genial la foto que representa la parte de la presión social que tenemos que soportar. Desde pequeñas que si que mona, que niña tan guapa y sobre todo eso, las cadenas que te anclan a mantener esta situación….tienes que ser una niña buena, correcta y portarte bien. Entonces pasamos parte de nuestra vida aguantando el cortocircuito que comentas cuando sentimos desagrado pero tenemos que portarnos bien para que nuestro círculo más cercano nos quiera.
La parte de identificar el piropo como acoso es muy importante y también la de sentirse legítima para sentir eso y darle más valor a tu propia sabiduría que a los comentarios cercanos. Tengo derecho a no querer saber la opinión de estas personas. A mi me dan ganas de contestar ….perdona, no me interesa tu opión o ¿te he preguntado? o ¿quieres que opine yo sobre ti también?
Otra tema de gran interés en relación con esto o la búsqueda de soluciones (pacíficas) es hacernos conscientes del leguaje que utilizamos, es lenguaje del ser o del hacer? El lenguaje del ser usa sobretodo eres guapa, eres gorda y va dirigido a las profundidades de la persona, a una zona íntima y personal. El lenguaje del hacer habla sobre comportamientos o cosas que haces, como por ejemplo, tienes una conversación muy agradable. Son niveles diferentes del lenguaje y tienen impacto diferente, los piropos a mi entender deberían ir al hacer, a los comportamientos y nunca al ser, que es una zona personal íntima
Gracias por el post y por abrir el debate
Constante
Muy interesante y desde luego didáctico, a ver si aprenden algunos hombres y se dan cuenta que no debemos meternos con nadie, con ninguna mujer por muy “buena” que esté.
Comprendo que se sientan acosadas, la verdad es que la tradición lo pintaba así, si el hombre no le decía nada es que quizá fuera “Gay”.
De todo hay, pero desde luego me ha gustado y espero que muchos congéneres aprendan.
mariano
hay piropos y piropos uno puede ser bien recivido hechar mas es ser pesadoy si ella no lo recive de agrado se le deja en paz y punto esa es mi opinion
Fede
Acoso?
Vamos a ver puede gustarme más o menos un piropo, más concretamente si el piropo no es soez puede gustarme más o menos la persona que me lo ha dicho, según me guste esa persona el piropo me agradará más.
De ahí a considerarlo acoso, desnudez, agresión y similares creo que es una simple ida de olla bastante enfermiza, yo me siento acosado si alguien me persigue, no para de martirizarme día sí día también, me manda amenazas de muerte, mira mi correo personal, me lo encuentro a cada paso… no se esos detallitos pero la verdad que una persona que veo de uvas a peras por la calle que en lugar de llamarme cabrón, hijo puta, adefesio, trozo de mierda, vete a tomar por culo etc me diga algo agradable yo lo agradezco y le saludo, ni me haré su amigo ni iré a tomar unas cañas con esa persona simplemente tendré un gesto de mínima cordialidad con quien ha sido amable conmigo.
Cuanto daño está haciendo la ideología de género en las relaciones humanas, en cuanto a la Murillo sinceramente tomarme en serio una individua que se mete con ancianos con agresiones verbales y humillándolos ni me merece respeto ni mucho menos creo que sus palabras tengan un mínimo de sentido común más bien eso en otro tiempo se metía en el manicomio.