De regreso, divisó sobre un museo un cartel ilegible para mí.
– ¿Le gustaría visitar esa exposición? -me preguntó.
¿Me apetecía ver una exposición de la que lo ignoraba todo? Sí.
– Me pasaré a recogerla mañana por la tarde -dijo.
Me atraía la idea de no saber si iba a ver pintura, escultura o una retrospectiva de cachivaches varios. Uno siempre debería acudir a las exposiciones así, por azar, con absoluta ignorancia. Alguien desea mostrarnos algo: eso es lo único que importa.
Amélie Nothomb en “Ni de Eva ni de Adán”.
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