Aunque nos hayan acostumbrado a que hay periodistas y público, la comunicación es otra cosa. La ciudadanía puede y debe participar en ella, es tanto un derecho como una responsabilidad.
Pero, ¿qué contar?, ¿comunicar se limita sólo dar nuestra opinión?
Para concretarlo aún más, se me ocurre compartir una lista de posibles tareas o formas de participar en la comunicación.
A menudo nos gustan o practicamos unas más que otras y se convierten en roles, pero probablemente son tareas que podemos intercambiar entre todas las personas según nuestros gustos, medios y capacidades:
- Idear. Nos hemos acostumbrado tanto a no contar las cosas… y sin embargo, ¡la comunicación debería ser un gesto diario! Una tarea importante es aportar ideas y sugerencias a otras personas sobre qué comunicar. Con un simple: “¿Por qué no escribes una carta?” o “¿Y si llamamos a la radio?”.
- Educar en la comunicación. Todas y todos podemos orientar a otras personas para que cuenten con herramientas y mayores capacidades para comunicar.
- Cubrir un hecho o actividad. Estar ahí. Salir a la calle y contarlo. Es importante superar la “comunicación” sedentaria. En el caso de eventos, además, se logra aprovechar los recursos invertidos consiguiendo mayor difusión y diálogo sobre los mismos.
- Difundir. Reenviar y subir el volumen de lo importante, pero también ser capaz de silenciar los ruidos de estupideces, burradas y otros mensajes que no nos interesan y que empeoran el actual panorama de infoxicación.
- Interconectar. Se producen diaramente miles de mensajes, a menudo relacionados y, demasiadas veces, esfuerzos repetidos y descoordinados. Es importante la labor de ciudadanas y ciudadanos que ponen en común esos mensajes y personas.
- Mediación. De la interconexión entre diferentes agentes podemos lograr, comunicativamente hablando, éxitos. Por ejemplo: poniendo en común grupos con mensajes diferentes como un ayuntamiento con un barrio o una empresa con un grupo de ecologistas.
- Moderar. En esa interconexión y mediación nuestro objetivo no va a ser el de promover la polémica por la polémica, sino que puede ser el de lograr que se tomen decisiones concretas que cambien y mejoren nuestras vidas.
- Apoyar. Personas que con su difusión y con sus comentarios animan a ciertas iniciativas y grupos, las valoran y así consiguen motivarles.
- Leer críticamente. Esto, como todo lo demás, lo deberíamos hacer diariamente, sin embargo hay personas o momentos de mayor sagacidad para localizar incoherencias y posibles manipulaciones e injusticias.
- Documentar. Aportar explicaciones sobre qué ocurrió antes del hecho, hacer memoria para comprender mejor por qué pasa lo que pasa.
Se me ha ocurrido este post leyendo las propuestas de roles comunicativos de los manuales de Calandria.
¿Se os ocurren más posibles tareas? 🙂
Ilustración: Erika
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