Una de las aplicaciones que hemos incluido en Cibercorresponsales, esta red de jóvenes que participan y comunican, es la posibilidad de hacer comentarios privados en los artículos.
Esta opción sólo aparece a las personas registradas y se encuentra justo antes del típico formulario de envío de comentarios públicos.
Su objetivo es facilitar el envío de mensajes sobre un determinado artículo que no acaben siendo publicados. Personalmente, en mi blog, ocurre a menudo que la gente quiere comentar algo pero prefiere hacerlo anónimamente, sin que nadie le mire. Así, algunas personas utilizan el formulario de contacta. Otras imagino que no se tomarán el trabajo.
Esta opción de Cibercorresponsales facilita esto.
También es verdad que, en ocasiones, prefieres que el comentario quede como privado porque se trata de algo que podría avergonzar a la persona que lo recibe (más que a ti): una felicitación muy afectuosa, un aviso de una errata, etc.
Nosotras decidimos incluirla también por lo siguiente: no permitimos la edición de los contenidos a las personas adultas que acompañan a los grupos de cibercorresponsales. Aunque técnicamente se podría, tomamos la decisión de retirar esta posibilidad para promover el respeto por sus contenidos y reducir el protagonismo adulto. De hecho, sólo David y yo podemos tocar los contenidos.
Las y los adultos de las entidades sí que pueden eliminar comentarios a artículos y, sobre todo, utilizar esta opción de enviar mensajes privados. Así les intentamos empujar a dialogar antes que a modificar o eliminar. La negociación es la primera estrategia. Si no surte efecto, pueden pedirnos que cambiemos o eliminemos cualquier cosa.
Neyda nos contaba el otro día que, en los espacios online de Amnistía Internacional, como su página en Facebook, tienen una estrategia de tres toques. En esos tres toques, avisan a la persona para que matice, modifique o elimine cualquier mala aportación. Le recuerdan las reglas del juego, que también tienen bien visibles. Si no se retracta a los tres toques, entonces, emprenden la acción.
También estaba pensando que podría ser fantástico formar a activistas que se dediquen a contrarrestrar los mensajes racistas, xenófobos, machistas, homófobos, etc… de tantos sitios. Me estaba imaginando algo así como brigadas de comentaristas. Desde luego, tengo que decir que, en alguna ocasión, cuando alguien ha dejado algún comentario bestia en este blog, hay bastantes personas que se han adelantado a responderle e incluso defenderme.
A menudo esperamos que la participación sea toda positiva, constructiva, masiva, creativa… sin esforzarnos por construirla y educarla. Pensamos que, de la nada, de un país en el que el asociacionismo se ha convertido en otra cosa, la gente va a saber aportar. La buena participación no surge de forma espontánea. Igual que hay que aprender matemáticas o letras, hay que aprender a levantar la mano o dejar un comentario interesante y proactivo.
Creo muy importante que nos tomemos este trabajo. La sociedad organizada tiene el reto de educar en participación y, sin dedicación, sin negociar, es ilusorio lograrlo.
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