He tenido la oportunidad de ser voluntaria durante años. He trabajado en Haces Falta y en la Plataforma del Voluntariado de España.
De ahí que haya ido apuntando diferentes tipos de voluntariado. Entre ellos, podemos encontrar el voluntariado de base, implicado en actividades diarias, y el voluntariado político o de cargos, que se implica en las decisiones de la asociación.
Durante este tiempo, en todas las experiencias que he tenido, siempre he oído comentarios sobre cómo cierta gente, en las entidades más grandes y en otras representativas* de grupos de asociaciónes, aprovecha este tipo de voluntariados para promocionar su propia carrera política.
Es decir, hay personas que se presentan a estos cargos, que generalmente suponen mucha responsabilidad y dedicación, con la esperanza de codearse con empresas y grupos políticos y alcanzar más poder para su organización, pero también para su persona.
De hecho, me sorprende la cantidad de veces que he escuchado, por ejemplo, que el Consejo de la Juventud de España es un trampolín directo a la política.
Muchas veces estos comentarios se quedan en eso: chascarrillos, conversaciones de barra de bar. Otras veces son una forma de atacar a alguien.
El caso es que esto es algo que no recuerdo haber escuchado de forma seria en ningún congreso, jornada, publicación o charla sobre voluntariado.
Sí que aguantamos continuamente la abstracción, el topicazo de que “el voluntariado debe ser altruista”, pero poquitas veces han concretado en las formas, y menos en este aspecto.
En fin, si una persona válida acaba en política después de una trayectoria en el sector social, me parece fantástico. Más representantes con cierta idea del tema tendremos.
Pero como he sospechado, escuchado o comprobado que hay quienes postulan a cargos políticos en ONG para darse brillo y volar por las altas esferas, mientras descuidan sus tareas reales, pues quería apuntarlo y preguntarme qué tipo de medidas se podrían tomar y si alguien presente en la sala ha escuchado algún discurso público sobre esto alguna vez.
* = Representativas, real o supuestamente.
Mariano
has dado en un punto crítico. dentro de la Educación para el Desarrollo, la dimensión de incidencia política también sufre de esta “salida” en algunas personas, dependiendo del perfil o la “eficacia” de la presión política de una persona, a veces la oferta para incorporarse en equipos técnicos de la administración hace que el sector pierda un dinamismo interesante, no se si es estrategia pero contribuye a que muchas veces un movimiento se detenga… creo que lo básico sería trabajar con honestidad y total transparencia, si hay aspiraciones que se expliciten, ¿no?
Ángel
Tampoco es puramente altruista el voluntariado de “base”: capital social, recursos, información, prestigio, etc son algunas de las cosas que reciben los voluntarios a cambio. Quizá alguno lo haga para lavar la conciencia pero no creo que tanto para obtener réditos políticos. La motivación tampoco es lo más importante. Siempre te podrán preguntar “¿y tú que haces por los demás?, para venir a criticar…”
rosarosae
La motivación a la hora de hacer voluntariado es fundamental, otra cosa distinta es que esa motivación sea ética o no. tiene que haber algo que te mueva para dedicar tu tiempo al voluntariado. No me sirve “ayudar a los demás”. Pero como dice Mariano, la honestidad y la transparencia no deben olvidarse