Hoy me he pasado por la jornada “Manos a la obra” de la Tabacalera de Madrid.
Era la primera vez que entraba en este inmenso edificio situado en un punto muy bien comunicado de la ciudad… y completamente abandonado desde hace años.
Ésta es una nave que probablemente se utilizará para conciertos y actos con mucha gente.
La verdad es que no me he currado nada las fotos.
Éste es un detalle del edificio desde el patio exterior.
Supuestamente, el edificio será en el futuro el Centro Nacional de Artes Audiovisuales.
Sin embargo, hasta que empiecen las obras dentro de un año, el Ministerio de Cultura lo ha cedido para que se realice un proyecto social autogestionado.
Como es normal, lo primero que hemos hecho es responder a la curiosidad visitando rápidamente la parte del edificio cedida, que es la planta baja.
Es flipante encontrar las fotos de las celebraciones de navidades, pesadas máquinas de escribir cubiertas de polvo, archivadores con mil llaves, maquinaria incomprensible y ¡¡publicaciones porno!!
Algunos detalles, como este letrero sobre la puerta, son majísimos.
La gente se lo está currando muchísimo y a toda prisa para poder sacarle mucho provecho al esfuerzo.
Es muy triste pensar que, dentro de un año, todo este trabajo se perderá, igual que el espíritu con el que se está poniendo en marcha todo.
No entiendo por qué el Ministerio no cede el edificio totalmente. No entiendo cómo se atreverá dentro de un año a decir: “Venga, muy bonito. Pero como ya habéis recibido vuestro año de consolación, a la puta calle…”.
Ésta es una de las salas que más avanzada está. Será la zona infantil.
Una pared es casi completamente una pizarra. Alguien se lo va a pasar muy bien cuando empiecen las actividades 🙂
Hay mogollón de trabajo por delante, pero me imagino que se irán arreglando partes del edificio poco a poco para ir desarrollando actividades en breve.
De hecho, para el final de este mes, durante la Criticona y el Ladyfest, se espera poder inaugurar el centro.
A mí me ha enamorado el jardín. Es donde me he quedado echando un cable.
He participado en varias tareas. La primera, hacer atillos con las ramas de los árboles que había en el suelo para despejar el lugar.
Luego me han explicado cómo podar las ramas bajas y muertas de un par de árboles para que entrara más luz.
Ésta es la cafetería a la hora del desayuno. Sobre las 15 hemos comido lentejas y tabulé, todo vegetariano y muy rico.
Luego, con carritos y capazos, hemos estado transportando por los bajos del edificio, y hasta el patio exterior, todas las ramas y la hojaresca que ha salido. Muchísima. Eso no acababa.
Los pasadizos subterráneos del centro son acojonantes. Jejejeje.
Al final hemos barrido y retirado cristales rotos de los ventanales.
Mola muchísimo la sensación de ver a tanta gente trabajando vivamente, sabiendo que a pesar de todo en 1 año todo se acaba, y siguiendo adelante. Ayudándose, preguntando, ideando…
¡¡AH!! Han hecho carteles muy chulos.
En el último podéis ver el aspecto del edificio visto desde la Glorieta de Embajadores. Seguro que, si habéis pasado varias veces, os habéis fijado en él.
Nadia
Qué guay! El reportaje me recuerda mucho a las jornadas de trabajo que hemos tenido varias veces en Málaga en La Casa Invisible. Qué putada lo del Ministerio de Cultura, ¿no se puede cambiar eso?, ¿no hay más edificios?, ¿por qué no buscan otro, con todos los medios que tienen, y dejan este para la gente?
Olga
¡¡Tantas preguntas!! jajajaja