Hoy he estado en el Patio Maravillas. El nuevo. El de la calle Pez. Lo inauguraban hoy.
Han estado hablando varias personas, entre ellas el dueño de la antigua librería que allí había. Tierra de fuego. Ha contado cómo les echaron poco a poco. A pesar de que tenían contrato.
Primero les dijeron que no eran útiles. Que se fueran. Les subieron el alquiler dos y tres veces la cantidad. Les asaron a pleitos. Les intentaron convencer de que el edificio se caía a trozos. Al final, poco a poco, se fueron marchando.
Y luego dos años de abandono.
Otro de los chicos de la presentación ha dicho dos cosas chulas:
- Que no se puede disparar al sol.
- Que hicieron un desierto y le intentaron llamar ciudad.
Madrid es un desierto. Le llaman ciudad. Vemos espejismos. Como Triball. Esos proyectos urbanísticos para convertir la vida en comercio y especulación. En un consumir y morir. Pero son espejismos. No hay nada.
Luego hay oasis. En esta calle Pez hay algo parecido. Hay peces. Luego hay agua.
formentera6
enhorabuena por la iniciativa
Ángel
Hola,
Quizá no venga mucho al caso, pero pensando en la ciudad que nos construyen y las cosas que no nos gustan de ella, a mi especialmente me repelen todas las construcciones que simulan que hay gigantes. He visto tiestos enormes, manos enormes, puertas enormes…Me parece que nos dicen: “sientete chiquitito, nosotros somos enormes”. A ver si viene una era renacentísta..