Escribiendo notas y tecleando como fieras

Las ladies -mujeres marroquíes- siguen aprendiendo a leer y escribir.

Hace un tiempo que una de ellas comenta que le gusta dejarse notas. Así que, el otro día me fui a la sala con un taco de post-its y jugamos a dejarnos notas las unas a las otras.

Al principio ven los papelitos amarillos y dicen: ¿aquí? Cuesta cambiar cosas hasta ese punto. Sí. Hoy no escribimos ni en el cuaderno ni en la pizarra. En el papelito.

“No queda pan”, Raquel.

“Estoy en el médico”, Ainhoa.

Hacemos varias. Al principio, firman en firma de la frase. ¿Por qué? Están acostumbradas a poner su nombre arriba en el cuaderno de ejercicios.

Luego les intercambio las notas. Les cuesta leer la letra de las demás. Vamos dándonos cuenta de que hacer buena letras es importante. Si nuestra letra sólo la podemos leer nosotras, de poco vale.

Además, cuando saben que otras van a leer lo que han escrito, se esfuerzan en que esté correctísimo. Se corrigen más y mejor.

También hemos aprovechado estos días para usar el ordenador. He flipado muchísimo con cómo han avanzado en dos días utilizando las máquinas. Les motiva. Les reta. Se superan. El segundo día, han hecho los ejercicios el doble de rápido. El lápiz les cuesta tanto…

Les gusta aprender cada tecla. Para borrar. Para bajar. Para click. El espacio. Llamamos mosca al cursor. Así es más fácil.

“Ay, esto es tan emocionante como mi noche de bodas”, ha bromeado una.