Aida es una de esas alumnas que resuelve todo automáticamente, en voz alta, no se puede callar si cree que sabe la respuesta.
Aida -junto a otras mujeres marroquíes-carabancheleras– está aprendiendo a escribir y leer. Es una de las ladies. Aquí la tenéis con un ejercicio habitual.
Intento hacer los mismos ejercicios de forma diferente para que no nos aburramos. Se trata de un dictado, pero en lugar de que cada una escriba en su libreta la palabra en cuestión, se dictan sílabas que hay que colocar en una tabla.
En la parte superior de la tabla disponemos las vocales. En el otro eje, las consonantes que sepamos manejar ya. Cuesta un poco, pero si decimos “po” hay que localizar la caja que queda entre la “p” y la “o” y escribir ahí la sílaba.
Me gusta también este ejercicio porque así se visualiza cuántas consonantes han aprendido: al principio lo hacíamos sólo con cuatro, ahora no nos caben todas en la pizarra.
Qué risas porque -como lo hacemos por turnos- cada vez que una dudaba de la respuesta (o ni eso), Aida señalaba la caja y decía la respuesta. Aunque le pidiera que no lo hiciera. Incluso ha llegado a señalar la caja correcta… ¡¡¡¡¡con el pieeeee!!!!!
Lo gracioso es que cuando le toca a ella a veces se pone muy nerviosa y no da con la tecla. Hoy -cuando ha empezado a equivocarse- le he bromeado:
– Aida, ¡siéntate en tu silla, te sale mejor cuando estás sentada!
Pequeña riña o discursito
Hoy ha vuelto Nazaret. Hacía mucho que no sabía de ella. El otro día vino también una mujer nueva. Y hace una semana, tres mujeres que antes venían, dejaron de venir y querían volver.
Ninguna ha podido entrar. El grupo ya es muy grande.
Me ha dado mucha pena por Nazaret, porque de ella estoy segura que quiere aprender y está currando. Se le nota en la cara las horas que echa, lo cansada que está… y a pesar de todo viene.
Pero no podemos decir a unas que sí y a otras que no. Las normas son así. Si no puedes venir, hay que avisar. Justificarlo antes.
Les he contado todo esto a las ladies y dos de ellas me han pedido que les apuntara el teléfono del centro. No lo tenían.
Adornando la clase
A veces en clase tenemos también a la hija o el hijo de alguien. ¡Y alguna vez hemos tenido casi más niños y niñas que adultas!
Gracias a su presencia, decoramos y completamos el aula. Aquí tenéis un dibujo.
Los rotus y lápices de colores que presta el centro. El garabato de otra niña… muy pequeña, ya.
Un mapa coloreado con los países de donde somos: Marruecos, Ghana y España.
La pizarra con otro ejercicio. Esta es mi letra. Se trata de ejercicios que hacemos en clase y voy acompañando en la pizarra.
Iletse
¡Hola Olga!
Desde hace algún tiempo sigo tu blog, y leo sobre los proyectos con las ladies y me da gusto del proyecto de educación que desarrollan.
En países de Latinoamerica se está implementando el Programa “YO SÍ PUEDO”, para promover campañas masivas de alfabetización y ha dado muy buen resultado.
Saludos
Olga
¡Pues un saludo a ti también!
Eva
Yo soy como Aída jeje. A veces me propongo contar hasta 10 para que contesten otras personas… y es que es un gusanazo interior que puede conmigo aagh. Me acuerdo de que una vez en la playa me apresuré a contestar algo sobre la estratosfera y Jorge me decía: “Ojú, deja que lo digan los chiquilloos” XD
Ueeh este domingo me voy con las chicas marroquíes a ver Córdoba, y quedaremos con las de una asociación de allí.
Bueno, Olga, que yo también disfruto leyendo la sección ladies 🙂