Preparativos.
Atravesando Pitis nos topamos con la tapia de El Pardo.
Desde aquí se ven las torres. No es gran cosa porque se ven desde MUCHOS sitios.
Hay bastantes caballos y algunas rutas hípicas, como más tarde comprobaremos.
La parte que menos me gusta. Los “divertidos toboganes” (según un libro bicicletero) entre el muro y las vías del tren. Un poco peligroso por la estrechez del camino. Los surcos también son divertidos.
Esta parte es un fragmento del Camino a Santiago desde Madrid. Antes el carril bici estaba tan pegado a la carretera que murió/se cargaron a bastante gente. Por eso hay zonas donde se les recuerda… Ahora el carril es mucho más seguro, pero no deja de ser agobiante tener el ruido de una autovía tan cerca.
La zona de Viñuelas es muy bonita y luminosa. No creo que sea aconsejable ir en verano por la escasez de sombras.
Pasamos de circular alrededor de la tapia de El Pardo (que parece que nunca acaba) a la de Viñuelas.
Lo cierto es que da qué pensar el hacerte estas dos rutas juntas ya que la tapia no deja de recordar que TODO este monte es de propiedad privada. Lo bueno de la tapia es que… no te pierdes.
Aunque la tapia no es la única que te recuerda que no eres bienvenida.
YOYO
Yo vivo muy cerca de esa tapia con surcos… así que, si vas en verano, puedes tener sombra y refrigerio!!
Un beso
Olga
Jejeje… ¡¡muchas gracias!!