Hoy me ha dao por coger un tren a Cercedilla, un pueblo de la sierra de Madrid. Allí me he puesto a subir una cuesta bastante empiná y luego a bajar otra bien larga. No están nada mal las vistas. Por esta zona pasa una antigua calzada romana y el camino de Santiago que sale de Madrid.
He visto muchxs chaveas, muchxs abuelxs y muchas vacas. Pero no iban en bici. Desde lo alto se ve Madrid a lo lejos (con sus siempre entrañables torres y su polución) y varios embalses.
Por aquí hay unas ruinas de un antiguo palacio real.
He de reconocer que al final de la cuesta he improvisado un poco. Lo que viene a significar que me he perdido, a pesar de llevar un libro con todo el camino descrito.
Pero ¡oh! ¿qué se ve ahí abajo?
¡Lo encontré!
Pero han faltao Mizu, el granizo y esos charcos a los que me estoy aficionando… 😉
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