Es misterioso que los billetes del tren o del autobús indiquen hacia dónde se dirige tu viaje. Lo dicen… así… tan serios y tajantes… ¡Y ellos qué saben!
Por eso me gustan más los del metro. No dicen dónde vas. Aunque sí te ponen límites de distancia con respecto a lo que hayas pagado.
A veces pinto en los billetes para que me hablen un poco más. Les pinto bocadillos que me preguntan si no prefiero ir a otro sitio y si no podría hacer otra cosa en el sitio al que pienso ir. Me preguntan si en mi coco y el resto de mi cuerpo hace sol, igual que tanta gente se pregunta por el tiempo fuera de sus cuerpos.
Algunos billetes son cotillas, parpadean y conjeturan con las chicas a las que miraré y me devolverán su mirada.
Otros billetes son pesimistas. Dicen “otro lugar más que no te contará nada nuevo, todos se parecen tanto”.
Otros son entusiastas. Sin llegar ya se imaginan algunos personajes, algunos encuadres, algunos colores que tendrán las fotos que dispare.
Pero, ¡ah!, todavía me falta arriesgarme y hablar con los billetes largo y tendido sobre los límites de mis viajes, como hablan los billetes del metro, pero no sólo en el aspecto económico y kilométrico… ¿Hasta dónde soy capaz de llegar… en realidad?
Celeste
Sólo quiero dejarte un saludo, hacía tiempo que no pasaba por aquí, aunque suelo seguir tu trabajo.
Intentaré entrar más seguido.
Sigue hablando con tus billetes de viaje, es mejor que hablar con las paredes…terminas pintándolas también jajajajaja
Suerte!
migramundo
Quizá el día que decidas hablar largo y tendido con un billete obtengas la respuesta a tu pregunta. Muy original post. Saludos.