el blog de los proyectos de Olga Berrios

Viajes

Anécdotas de una viajera solitaria

graffiti almería

Estación de Almería. Un chaval se acerca a la ventanilla de venta. Una niña le espera detrás. “Qué pasa, tío. Cuánto tiempo. ¿Y esa niña?”. “Es mi hija, ya ves”. “Pero si parece tu hermana, ¿cuándo la tuviste?”. “Bueno, yo en realidad le digo a la gente que es mi hermana”. Detrás la niña se impacienta: “Papiiii”.

Autobús a Calahorra. “Mira, ése es el coche”. “Está destrozado… ¿y dices que ella está bien?”. “Sí, no le pasó nada. Aún está en el hospital. Su novio sí que murió, pero a ella aún no se lo han dicho”.

Un tren cualquiera. Miro por la ventanilla. Me parece ver una muñeca grandísima destrozada. Tiene la piel rosada. Pero… ¿eso es sangre? Todo pasa muy rápido. Más tarde alguien recibe una llamada. Al otro lado alguien le está explicando que llega tarde porque una mujer se ha suicidado. El chaval del móvil se caga en la muerta.

Autobús. Un chaval habla de su negocio de miel con su acompañante. El viaje parece un documental: cómo se recoge, la influencia de la lluvia, el empaquetado, el precio, el alimento de las abejas de un año para otro, el registro de la marca… Una señora interrumpe el monólogo para consultarle por una receta que lleva miel y por su conservación. Después le anima a continuar: “Sigue, sigue, que es muy agradable oir hablar de las abejas”.

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