Carlos Gómez Gil publica en los cuadernos Bakeaz un informe que pretende “poner en entredicho la utilización ideológica indiscriminada y poco rigurosa” de los microcréditos.
Los critica a partir de diez de las tesis en las que se basan.
Recojo algunas frases:
Sus principales beneficiarios no son los más pobres, vulnerables y excluidos en los países en desarrollo.
La idea matriz sobre la que se cimentan los microcréditos –los pobres pueden gastar indefinidamente más de lo que tienen- genera una falsa comprensión de las verdaderas causas de los desequilibrios sociales y económicos en el mundo y la manera de abordarlos, pero también de la arquitectura institucional global instaurada para entender y afrontar estos problemas humanos.
El discurso emergente de los microcréditos se basa en la idea de que es el mercado bancario el que se tiene que encargar de la pobreza.
Sería una manera de privatizar la pobreza.
Encubren las verdaderas causas de la pobreza y el subdesarrollo y convierten a los pobres en responsables últimos y directos de sus situación.
Son un arma eficaz para desmantelar el compromiso político y ético que tenemos.
Sirven para desactivar las políticas de cooperación internacional transformándolas en políticas de bancarización y convirtiendo la pobreza en deuda eterna.
La transformación de pobreza en deuda, defendida por los partidarios de los microcréditos, se apoya en un darwinismo social según el cual aquellos que estén en situación más precaria y vulnerable lo están porque no han querido o podido endeudarse.
El endeudamiento hace mucho más vulnerables a quienes menos tienen.
Para muchas mujeres, asumir microcréditos supone una sobrecarga en sus ocupaciones doméstica, ya de por sí enormes, lo que eleva las tensiones en el cuidado y la educación de sus hijos.
Es verdad que son las mujeres las que van a trabajar para la devolución de los microcréditos y que son mucho más responsables que los hombres para afrontar las deudas asumidas, pero en realidad son los hombres quienes deciden directamente sobre su empleo y gestión.
Dicen que los microcréditos son tan buenos que su morosidad es bajísima, lo que demuestra que los pobres siempre pagan. Con esta tesis se les exigen unos valores morales muy superiores a los del resto de la población mientras que a los no pobres se les permite no ser tan buenos pagadores.
Además, el propio Grameen Bank, que declara una tasa de devolución del 98% en sus informes, cuenta con otros informes que la morosidad es del 25%… hasta el punto de imponer seguros sobre los familiares de los endeudados para que, en caso de fallecimiento, sean los dolientes quienes asuman el pago de los créditos contraídos.
El argumento de que los microcréditos convierten a los pobres en responsables de su propio desarrollos los convierte a su vez en culpables de su supervivencia, anulando el papel de los Estados, gobiernos y comunidad internacional.
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Comunicadora, dinamizadora de redes sociales, especialista en TIC, bloguera, ciclista, hortelana y wikipedista. Parte de @masticable y ahora aprendiendo programación con @ironhack
Eva
Soy alumna de 1ºde bachillerato, y estamos realizando un trabajo sobre los microcréditos. Al leer vuestra crítica me ha dado mucho que pensar. Hay algunos puntos en lo que estoy muy de acuerdo y otros que no veo tan claros. Me gustaría que me aportarais información a mi nivel para utilizar como ayuda en mi trabajo. Me vale texto y audiovisual.
Gracias por vuestra atención, espero vuestra respuesta.
Olga
Eva, prueba a hacerte con el cuaderno de Bakeaz que ha escrito Carlos Gómez Gil. El texto que presento aquí es un resumen de este informe.