Homofobia en vivo y en directo

Escribe una amiga:

… estábamos mi novia y yo despidiéndonos en la calle Fuencarral, casi en la glorieta de Bilbao.
Estábamos abrazadas en la calle planeando la semana y dándonos algún que otro beso (besito más bien) de despedida, todo muy tranquilito y moñas. Aclaro todo esto para situaros y que entendáis que no nos estábamos metiendo la lengua hasta la tráquea ni nos metíamos mano ni nada de eso, todo muy light.

El caso es que empiezo a oír:

“QUÉ ASCO! DA ASCO IR POR ESTA CALLE! DAN GANAS DE VOMITAR!”

Me doy la vuelta y veo a una pareja de viejos (diría ancianos más respetuosamente en otras circunstancias, pero ahora no me apetece) y la señora, sin mirarnos, seguía diciendo:

“DAN GANAS DE VOMITAR! QUÉ ASCO!! QUÉ REPUGNANTE!!!”

En principio pensé que a lo mejor había muchas cacas de perro en la acera, pero luego, al ver que no miraba a ningún sitio en particular, sino que huía la mirada, entendí que hablaba de nosotras.
Mi novia no se había dado ni cuenta, ella estaba a lo suyo (y muy bien que hace, visto lo visto), así que se lo comenté. La verdad es que nos dio la risa, la señora, vaya tela, qué mal rato que estaba pasando ella sola…

El caso es que nos despedimos del todo y me fui por el mismo sitio por donde se habían ido ellos. Claro está, les acabé alcanzando, ya que eran muy viejos e iban a paso de tortuga. Cuando les sobrepasé, puse la antena a ver si decían algo, pero nada, sigo andando y en esto escucho:

“MIRA: ÉSA ES UNA DE LAS GUARRAS!”

Algo hizo click en mi cabeza, pensé en dejarlo pasar, pero no pude, así que me di la vuelta y vi como la señora desviaba la mirada, pero le dije:

– Señora, es usted una maleducada.

Ella, que debió flipar porque le hiciera frente, entró en un estado de apoplejía furiosa y empezó a gritarme:

“GUARRA, CERDA, LESBIANA, PUERCA!!!!”

Yo no paraba de decir que era una maleducada, una y otra vez y ella seguí con sus gritos, poniéndome verde.
El marido trataba de tranquilizar a la histérica de su mujer hasta que logró que cerrara la boca para poder decirme:

“Hija, por lo menos hacerlo en vuestra casa”

Yo le dije que no entendía por qué, que no hacíamos mal a nadie, pero no se me escuchaba porque su querida señora seguía con la vena de la frente a estallar gritándome:

“GUARRA, CERDA, LESBIANA, SOIS UNAS CERDAS, UNAS GUARRAS, ASQUEROSAS!!!!”

Pasé un mal rato horrible, me puso muy nerviosa y también muy triste, porque no sé por qué tenemos que aguantar estas cosas. Acaso hacemos daño a alguien?

En fin, que como le dije cuando ya decidí irme, menos mal que cada vez hay menos gente así y que además, les queda muy poco tiempo…