“Nos preocupan los 14”, me comentaron en la Asociación Pan Bendito.
“Necesitamos ideas”, me confesó una voluntaria. Parece que aparte del deporte y las manualidades, no hacen muchas cosas más.
Quieren hacer algo con esta franja de edad, con “esos chavales que desaparecen del barrio y luego regresan hechos unos gamberros con un porro en la boca”.
La verdad es que a mí lo del porro me importaba un comino, pero sí que me parecía fantástico dar un espacio a gente de esta edad, porque recuerdo que yo misma a los 14 años me aburría muchísimo.
Se produce un contraste entre cantidad de energía y los reducísimos tipos de actividades que puedes hacer, ya que se tiende a sobreproteger y al prohibicionismo.
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