Cuando me acerqué a conocer al equipo de la asociación, me comentaron lo ilusionados que estaban los chavales con el deporte.
Entonces vi a tres niñas acercarse por la acera. Una empujaba un carro con un hermanillo pequeño.
– ¿Y hay niñas?
– No -me dijo Ana, coordinadora de voluntariado.
– ¿Y eso?
– No se animan demasiado. Los padres tampoco suelen dejar.
– ¿Y a otros deportes? ¿Voléibol, baloncesto?
– Nada. Si juntamos a unas pocas, en poco tiempo las tenemos prometidas y se nos van.
Oh, qué hubiera sido de mí sin esos partidazos con Estefa y María Luisa!!!
Anonymous
BENDITO SEA EL FUTBOL