Es un poco exagerado quizás el título, pero tenía ganas de decirlo.
La comunicación multiplica y lo que los voluntarios cuentan sobre sus actividades puede animar a otros a dar el paso y puede abrir los ojos sobre muchas situaciones injustas.
Cuando os comenté mi tentación de hacer un voluntariado internacional este año, hablé del ¿y ahora qué?, esto es, el espacio de reflexión requerido a todos los que participan para que -después de sensibilizarse- piensen cómo se puede contribuir más y mejor.
A lo mejor podríamos picar a las voluntarias y los voluntarios para que no sólo participen, sino que cuenten que lo hacen y reflexionen sobre ello de forma sistemática.
Y que además se fomentara desde los cursos básicos de formación que toda ONG suele hacer.
Para establecer esa comunicación pueden utilizar muchas herramientas y muchos formatos… y está claro que la bitácora es ideal para esto.
Próximamente en sus pantallas el post: todos los beneficiarios con blog.
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