12.27. La Soki (Metropolitano)
Nos divertimos criticando la terminología técnica del colectivo. Pedro dice que aún no ha averiguado cuál es su “trabajador social de referencia uno”.
Según los requisitos requeridos para acceder a ellos, los recursos están divididos en dos categorías: de “baja” y “alta exigencia”. Parecen reinventarse las clases sociales.
Ellos aseguran desconocer esos requisitos o haber vivido situaciones en los que se los saltan a la torera, sin que nadie pida cuentas a los responsables de los servicios. A veces, algún trabajador capullo (son una excepción), mamonea al personal negándole el servicio.
Eso, sobre todo en los primerizos, les invita a que ya no vuelvan a molestarse en seguir insistiendo en salir adelante. “La gente está bastante humillada para aguantar más vergüenzas”, denuncian.
Pedro es particularmente irónico y latoso con esto de criticar y defender los derechos de las personas sin hogar. Habla de la cantidad de ONG, plataformas y redes que no logran coordinarse, de la ineficiencia y de cuánto dinero para ellos que acaba disolviéndose en los intermediarios.
Reímos “recordando” las revisiones de seguridad, salubridad, financiación, eticidad y resultados de estos establecimientos.
Éste es un comedor de baja exigencia regentado por unas monjas. Le llaman así porque ése es el mote de una de las monjas que lo lleva. Suele haber de 10 a 11 turnos de una treintena de personas. Apenas hay gente porque unos han cobrado el Remi y otros -la mayoría extranjeros- parecen haber desaparecido, quizá a la vendimia.
Los comensales suelen ser subsaharianos y se les ve aparcando coches en las cercanías.
O en algún asentamiento.
Como iremos viendo, los horarios de atención a las personas sin hogar en los servicios son muy rígidos y extraños. Si una persona sin hogar consigue un trabajo, debido al horario, probablemente no pueda dormir o comer hasta que cobre (si cobra) a menos que un compañero le consiga sustento.
En los dos momentos en los que están más necesitados, están más desatendidos. Al principio, cuando nadie informa sobre recursos, a algunos les rechazan y los psicólogos escasean.
También están desatendidos cuando tratan de salir de la calle. En Madrid sólo hay 9 plazas de albergue con horarios especiales para quienes están empezando a recuperar su vida. Si alguno lo consigue, no es por los servicios sociales, sino por un milagro.
Bubú explica que además todos los servicios se dan de una forma muy lamentable, pero se refiere al estilo: “Nunca hay un tono positivo en nada”. “Menos mal que tratamos de montárnoslo con humor”, agrega Pedro.
Con todo, el grupo no generaliza al criticar a las personas que trabajan en el tercer sector o en los servicios sociales. “La culpa no es de la gente, es del sistema absurdo que se ha creado”, dicen.
José Luis
De lo que decís no me creo ni la mitad. Lo que pasa es que a vosotros os encanta esto de los albergues. Para quitaros la culpa que os da el no hacer nada para salir adelante, os da por meteros con todo lo que os rodea. Por eso decis que los psicólogos escasean. Quizás alomejor os podrían ayudar a aprovecharos mejor de las oportunidades que os ofrecen y a no estar tanto quejándoos.
Esther
Estoy de acuerdo en muchas de las cosas que estoy leyendo a lo largo del recorrido de un dia que habeis hecho.
Creo que la situacion de los recursos destinados a PSH es lamentable, descoordinada y en algunas ocasiones patetica.
Pero todo lo que decis no es cierto, me he tirado mucho tiempo trabajando en un centro de emergencias de esos que os hace tanta gracia que se llamen baja exigencia y eso significa simplemente que nadie os va a preguntar ni de donde venis, ni por qué estais ahí, que la gente va a tener el servicio sin que nadie les haga preguntas ni les pida nada a cambio, nada más que unas mínimas normas de convivencia que por cierto la mayoría de las veces no se cumplen!!!
No es cierto que todo sea negativo, ni mucho menos la actitud de los trabajadores y trabajadoras de estos recursos que tratan de superar toda la mierda que ven también con una sonrisa y que en muchas ocasiones se comen las malas caras de las duras horas en la calle, las malas contestaciones y hasta incluso insultos y amenazas (auqnue por suerte son unos pocos), quien conoce un poco este tipo de recursos sabe de sobra que las consecuencias de la descoordinacion o la falta de recursos la paga muchas veces el trabajador/a que es el que da la cara. Se que puede ser una mierda pero menos da una piedra!!!
Susanita
Esto es para Esther. Que casualidad que tu trabajo y tu centro es maravilloso. Eso sí la red de atención a personas sin-hogar es lamentable,… menos tu centro… ¿Por qué dices que no hay coordinación? ¿Piensas que es en los servicios municipales? Porque no lo dices claramente qué centros, qué servicios, … y las razones por las que haces esas afirmaciones. Y por supuesto porque tu centro es tan maravilloso. Alomejor o nos convences o nos da un ataque de risa,…
Elena
Me parece lamentable y miserable caer en el juego, una vez más, de los egos y las competencias…Se trata de ellos!…no de que tan buenos somos nosotros!