El otro día volvió a pasar. En la huerta de Tetuán, en la que participo hace 10 años en el barrio, una vecina preguntaba: “¿dónde debo echar las mondas?”.
Fijaos en la foto: hay carteles puestos. Además, solemos dejar las tapas echadas de las 2 composteras donde no hay que echar mondas. Incluso avisamos por WhatsApp de cuál es la compostera que hay que usar (de ahí el tick sobre la foto).
Sin embargo, ella no se había fijado. ¿Es esto solo despiste? A mí me recordó la “inaccesibilidad aprendida”.
En un artículo que publiqué hace un año, me inventaba este término. Por ejemplo, en el metro y sobre todo en aeropuertos, sí solemos tener costumbre de fijarnos en las señales.
Pero en la mayoría de los entornos no suele haber. Así que no solemos buscarlas ni prestarles atención. Nos hemos acostumbrado a que no haya accesibilidad cognitiva y, por tanto, aunque sí haya señalización, a menudo no nos fijamos en ella.
Os dejo aquí el enlace al artículo, por si gustáis
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