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Activismo

Cómo le perdí el miedo a la palabra “feminismo”

Cuando era más joven, rechazaba el feminismo con alarmante frecuencia. La etiqueta me parecía un insulto que te condenaba al exilio. Me decían "feminista" y lo que escuchaba era "eres una persona enojada y resentida que odia el sexo y a los hombres". Me resistía además porque me preocupaba que no me permitiera hacer todas esas cosas "de chicas". Pero un día empecé a aprender sobre el feminismo y me di cuenta de que no es una caricatura ni esos clichés que por tanto tiempo me atemorizaron. Aprendí que en realidad aboga por la equidad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos, y analiza los factores que han influido en la percepción de nosotras mismas.

Otro posible título para este artículo:

Club de lectura de “Feminismo para principiantes”. Capítulo 1: ¿Qué es el feminismo?

“Feminismo para principiantes” es un conocido libro de Nuria Varela. Yo ya lo caté hace años, cuando coordinaba un club de lectura de mujeres lesbianas y bisexuales en el COGAM. Se ha dado el caso de que vuelvo a participar en un club y el primer libro que hemos escogido para leer o releer es precisamente éste. ¡Y lo he cogido con ganas!

Pasados los años, tras releer los primeros capítulos, lo que más me sorprende es que Nuria Varela utiliza de forma más habitual el masculino genérico que el propio uso que hago yo. Es decir, me ha sorprendido que, con el tiempo, me he convertido en una usuaria proactiva del lenguaje no sexista y ahora me llama mucho la atención cuando no se usa y, sobre todo, en un contenido feminista. Pero bueno, como he dicho, no quiero decir que haga un uso sexista continuo, sino que utiliza algunos masculinos que yo evitaría.

Comparto algunas frases o párrafos que subrayamos y algunos comentarios:

El feminismo es un impertinente.

Me gusta la frase porque refleja dos cosas. Por un lado, que cada vez que se toca el tema siempre suele haber respuestas tan indignadas como desinformadas. El feminismo parece que importuna, molesta. Y esa es la segunda cosa que me gusta: precisamente esa parte de rebelión tan mundial y tan casera como ir señalando posibles machismos en ti y en el resto del globo.

Hace poco leía el comentario de una persona que decía que no era feminista porque, para empezar, el nombre del movimiento no reflejaba equidad, sino que se centraba en las mujeres. Recuerdo haber pensado esto alguna vez cuando era adolescente.

Este comentario me recordó automáticamente a una viñeta que descubrí recientemente y con la que no puedo sentir mayor identificación, ya que he vivido un proceso similar.

Cuando era más joven, rechazaba el feminismo con alarmante frecuencia. La etiqueta me parecía un insulto que te condenaba al exilio. Me decían "feminista" y lo que escuchaba era "eres una persona enojada y resentida que odia el sexo y a los hombres". Me resistía además porque me preocupaba que no me permitiera hacer todas esas cosas "de chicas". Pero un día empecé a aprender sobre el feminismo y me di cuenta de que no es una caricatura ni esos clichés que por tanto tiempo me atemorizaron. Aprendí que en realidad aboga por la equidad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos, y analiza los factores que han influido en la percepción de nosotras mismas.

La viñeta es de Pictoline

Antes, no es que rechazara el feminismo, es que no entendía bien el significado. Ni me había acercado a él ni nadie me lo había explicado. Conforme he ido aprendiendo y leyendo, paso a paso, no puedo sentir más que admiración por este movimiento.

Por eso me encanta la postura de esta viñeta: recordar la propia ignorancia y saber que, en cuanto las personas descubran toda la épica, drama e ideas fascinantes que hay tras el feminismo, posiblemente sentirán la misma o mayor admiración.

En general, creo que es brillante este tipo de respuesta. En muchos movimientos sociales y políticos, desde el feminismo al activismo de la bicicleta urbana, a menudo observo respuestas muy hostiles ante personas que no han dedicado suficiente tiempo a informarse.

Me parece mucho más espectacular tratar y ser capaz de generar admiración por unas ideas que intentar inculcarlas a través del comentario mordaz y la respuesta violenta.

El feminismo es un discurso político que se basa en la justicia. Es una teoría y práctica política articulada por mujeres que, tras analizar la realidad en la que viven, toman conciencia de las discriminaciones que sufren por la única razón de ser mujeres y deciden organizarse para acabar con ellas, para cambiar la sociedad.

Me parece muy buena definición, teniendo en cuenta que generalmente se tiende a pensar que el feminismo “es una doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres”. Esta es la definición del año 2001 del propio Diccionario de la Real Academia. Además, decía que es un movimiento que “exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres”.

El feminismo no es favorable sólo a la mujer, sino a todas las personas. Lo que intenta es que las mujeres sean activistas, luchen por sus propios derechos y tomen las riendas. Lo que intenta es que el hombre blanco de mediana edad sin discapacidad no sea el modelo ni el neutro ni la medida ni el sinónimo de persona. Además, el feminismo sí reclama derechos diferentes y concretos, propios de las mujeres, como es el derecho al aborto.

Esto es lo que sucede cuando personas que no conocen la materia la tratan de definir u opinan sobre ella.

“Si la participación de las mujeres no es consciente de la discriminación sexual, no puede considerarse feminista”, Ana de Miguel.

¿Una actividad en la que haya mujeres es feminista? Me parece interesante esta definición para intentar aclarar qué es feminismo y qué no lo es. Una mujer que protesta por su situación particular, ¿es feminista si no relaciona su realidad con causas como el patriarcado, la discriminación, etc.?

Hace poco, le comentaba a una compañera de trabajo que no me parecía adecuado que me llamaran “técnico”. (En realidad no recuerdo la palabra, pero sé que era un uso de masculino genérico.) Mi compañera me respondió que ella sí se sentía identificada. Ahí pareció zanjarse la discusión.

En el club, tuvimos un pequeño debate sobre este tipo de respuestas. Si yo soy mujer y cierto tema no me molesta, entonces es adecuado para todas las mujeres. ¿Podemos generalizar así? ¿Es suficiente análisis?

Hay mujeres a quienes parece no molestarles el piropo mientras a otras nos parece un tipo de acoso, ¿es correcto, solidario y justo que las primeras lo defiendan?

El feminismo es una teoría de la justicia que trabaja día a día para conseguir que los seres humanos sean lo que quieran ser y vivan como quieran vivir, sin un destino marcado por el sexo con el que hayan nacido.

Fijaos: “sin un destino marcado por el sexo”. No sólo las mujeres tenemos esa marca, también las personas cuya orientación sexual o identidad de género difiere de lo aceptado socialmente se ven marcadas. Me refiero a que, si cultural y políticamente no se limitara y discriminara por el sexo, si no hubiera un patrón definido de hombre y de mujer y sus relaciones aceptables, muchas más personas serían felices.

Dicho de otra manera: me interesa esta definición porque, gracias a esta, se puede entender la relación entre el feminismo y el movimiento de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGTB). De hecho, muchas personas entendemos que el movimiento LGTB es parte del feminismo.

El feminismo es la linterna que muestra las sombras de todas las grandes ideas gestadas y desarrolladas sin las mujeres y, en ocasiones, a costa de ellas: democracia, desarrollo económico, bienestar, familia, justicia, religión…

Como se ve en los siguientes capítulos, los grandes y aclamados éxitos de la Humanidad siempre han sido a costa de otras personas y sin contar con ellas. Por eso, se me antoja adecuado recordarles y recordarnos a las personas que celebran o celebramos alguna de ellas no sólo que aún hay muchas personas discriminadas en estos ámbitos, sino que esas enormes ideas se han construido pisoteando en el camino a muchas personas.

A veces no sabemos cómo responder ante discursos machistas de amistades, familia, en el trabajo y otros círculos. Me parece muy interesante leer conjuntamente y debatir porque creo que así podemos construir discurso.

 

¿Qué opinas? ¿Qué te cuentas?

  • ¿Le has perdido el miedo a la palabra “feminismo”? ¿Cómo fue?
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