En el anterior artículo, compartía algo que me fascina los videojuegos: la forma en que nos enseñan a jugar, nos entrenan. En esta ocasión, me fijo en algo que quizá no es tan bien acogido, pero aún así me parece una estrategia ingeniosa.
Ahora hay muchos juegos gratuitos, pero integran compras. Una de las compras más habituales es la del tiempo o, para ser más precisa, se paga por reducir tiempos o acelerar procesos.
En esta ocasión pongo también dos ejemplos: Hay Day, juego de granja, y MyCafe, un juego de cafetería. En ambos, debes desarrollar tu trabajo incorporando novedades y vendiendo productos por monedas del juego que te sirven para comprar otras cosas. También recibes puntos para subir de nivel.
Además de esas monedas, suele haber otros tipos de forma de pago, generalmente gemas o diamantes, que sueles usar con otros fines.
Pero, ¿qué procesos quieres acelerar?, ¿a qué me refería antes?
Aquí vemos a una clienta comentando que no va a hacer ningún pedido en una hora
En MyCafe hay varios: las y los clientes, por ejemplo, pueden estar en el local entre 10 minutos y una hora sin pedir nada nuevo. Los pedidos telefónicos tardan 12 horas en actualizarse. Son precisamente las dos fuentes principales de ingresos y de interaccionar con el juego y avanzar.
Aquí vemos el listado de pedidos telefónicos vacío. Faltan 10 horas para que lleguen nuevos
Por decirlo de otra manera: después de un rato de entretenimiento, el juego queda prácticamente bloqueado porque no tienes nada que hacer en él.
Como estrategia comercial añadida, una forma de conseguir diamante o gemas suele ser… ¡viendo anuncios!
Algo parecido ocurre en Hay Day. Desde los 2 minutos que tarda el trigo en crecer, pasando por los 20 minutos que tardan las gallinas en poner hasta las 12 horas que tardan algunas recetas en cocinarse.
Vale, ¿cómo se comercializa con esto? Resulta que puedes acelerar o evitar esa espera pagando con gemas. Las gemas suelen ser complicadas de obtener. Pero, si no soportas la impaciencia, tienes la opción de pagar por esas gemas. Esas son las compras integradas.
Aquí veis las pantallas que forman parte del negocio: la posibilidad de comprar diamantes o gemas virtuales con euros
Lo cierto es que nunca he pagado. Soy más de apagar el juego, hacer otra cosa y retomarlo en otro momento. Pero me sorprende la estrategia comercial, la visión y el ingenio de quien inventara exprimir la impaciencia en un mundo tan estresado.
Me deja pensando sobre los ritmos de vida actuales. Sobre cómo hemos extendido la impaciencia, la ambición por lo inmediato y la angustia por estar haciendo cosas. ¿A quién se le ocurriría comerciar con esto? ¿Hay mucha gente que compra? ¿Qué opináis?
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