el blog de los proyectos de Olga Berrios

Accesibilidad cognitiva, Activismo

La sensibilización en accesibilidad cognitiva requiere de un componente experiencial

Personas con las cabezas unidas por tubos de ensayo, probetas, etc.

Ilustración de Hiking Artist

Hace poco, tuve la oportunidad de asistir a la evaluación de la accesibilidad cognitiva de un espacio público. ¿Qué es esto? Se trata de un análisis que se realiza para saber si las personas entendemos bien los entornos: si nos orientamos bien en ellos, si entendemos cómo funcionan, etc.

En esta evaluación, participaban varias personas con discapacidad intelectual que nos iban indicando qué no se comprendía bien y realizaban algunas propuestas. Al final, de todas las ideas, se realizará un informe.

La accesibilidad cognitiva es un derecho de todas y todos y beneficia a toda la sociedad, pero hay personas a las que beneficia especialmente. Sin accesibilidad cognitiva, por ejemplo, hay personas con discapacidad intelectual que dependen de otras para acudir a una cita médica, que les apoye para expresarse por ejemplo, y muchas no irán a exposiciones o realizar trámites porque no los entienden.

Cerebro en bicicleta estática

Cerebro en bicicleta estática. Lorena Biret

Comparto algunas notas que tomé:

  • En la evaluación, dos personas sin discapacidad íbamos observando y siguiendo a las personas con discapacidad intelectual. Ellas nos iban comentando sus hallazgos, comentarios, problemas… En nuestro papel, no les podíamos ayudar a no ser que se perdieran demasiado. También es importante recordar que no evaluamos a las personas, sino la accesibilidad del espacio.
  • La accesibilidad cognitiva de un espacio empieza a veces fuera y lejos de él: con la planificación de cómo, por qué y cuándo llegar hasta él. Si vas por primera vez, sobre todo. Tendrás que buscar información de dónde está, qué ofrece, horarios, precios, etc.
  • Pero, ¿qué pasa si la web no la comprendo o falta información? ¿Qué pasa si además llamo por teléfono para resolver la duda pero no me cogen? En este caso, el grupo localizó el metro, pero no la boca del mismo.
  • Parte del grupo apareció en una boca del metro y otra persona acabó en la otra. Esto causó bastante lío y cierto nerviosismo para encontarnos mutuamente. Además, desde una boca del metro no se veía la otra salida. Esto podría ser una indicación interesante para mejorar los transportes: indicaciones para llegar al resto de bocas.
  • El grupo dependió de otra persona para imprimir el plano porque no se apañaron con Google Maps. Una propuesta que se me ocurre: incluir en las páginas web el plano en formato descargable para imprimir fácilmente, con todas las indicaciones posible para llegar desde todos los medios de transporte posibles.
  • La accesibilidad cognitiva sigue pues en el medio de transporte y, desde éste, hasta el lugar. Habíamos quedado al metro y un trayecto que podría haberse recorrido en 5 minutos, nos llevó más de 30.
  • El grupo vio tres señales, lo cual me llamó la atención: creo que no suele haber tantas indicaciones. El problema es que confundía las señales para vehículos y las señales para peatones y acabamos caminando por otra calle.
  • Las señales contenían siglas del museo. Nos indicaron que eso no suele funcionar bien, pero en este caso las conocían.
  • Personas con las cabezas unidas por tubos de ensayo, probetas, etc.

    Ilustración de Hiking Artist

    Les confundía que en el mapa saliera el nombre completo de la calle (por ejemplo, “Pintor Pablo Picasso”) y el cartel de la calle fuera más breve (“Calle Picasso”).

  • El grupo finalmente localizó el edificio por su aspecto: ¿qué hubiera pasado si no hubiera tenido una forma especial? Probablemente hubiéramos tenido que ayudarles. La idea nos da otra pista: en edificios singulares, usar su silueta como icono o pictograma para las señales, folletos, etc.
  • Justo frente al edificio, el grupo se paró: no había paso de cebra y esto les tuvo un rato decidiendo. Sintieron cierta inseguridad, pero acabaron cruzando.
  • Estábamos justo en la parte posterior del edificio, pero sólo había un cartel pequeño que no vieron indicando que la entrada estaba al otro lado.
  • Desde la posición, había que descender bastante altura por escaleras largas o rampa. En el grupo, había dos personas con cierta reducción de la movilidad (cojera, muleta…). Eligieron las escaleras, posiblemente porque la rampa estaba demasiado lejos y era larga. Esto es parte de la accesibilidad física, no cognitiva, pero me parece muy interesante.
  • El personal de espacio me pareció gente muy amable, preocupado y solícito, pero necesitaban formación sobre accesibilidad cognitiva. Una persona mencionó que esto de la accesibilidad es responsabilidad de mantenimiento, lo cual me dio para pensar que confunden la accesibilidad con una cuestión de bordillos y rampas, y no la tienen presente como algo relacionado con derechos.

La principal conclusión que saco es que la accesibilidad cognitiva no debería quedar limitada a informes técnicos. Sobre todo actualmente en la que, por mucha legislación que hay, la sociedad no lo conoce ni respeta. Sobre todo cuando la confundimos o reducimos con bordillos y rampas.

Para sensibilizar a las personas responsables, y en general a la sociedad, lo realmente pedagógico es participar en una evaluación cognitiva. Es la mejor manera: ponerte en la piel de otras personas, vivir la acumulación de barreras que les ponemos y experimentar su ansiedad.

1 Comment

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    Estoy totalmente de acuerdo. Y deberíamos hacerlo con todo: la pintura, la danza, el diseño…

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