La novela “Ann Veronica” se publicó en 1909:
– ¿Debo suponer que somos más libres de lo que éramos? -preguntó Ann Veronica, manteniendo el tema dentro de las generalidades.
– ¡Oh, sin la menor duda! Desde que las muchachas de los años ochenta rompieron las ataduras y se lanzaron por ahí en bicicleta (mis años juveniles vieron el principio de las cosas), se ha producido una relajación arrolladora.
– Relajación tal vez. Pero ¿somos más libres?
– ¿Qué quiere decir?
– Quiero decir que nos dan más cuerda, pero de todas formas estamos atadas. En realidad, no tenemos mucha más libertad.
Mr. Ramage puso reparos:
– Una anda por ahí… -añadió Ann Veronica.
– Ajá.
– … pero a condición de que no haga nada.
– ¿Hacer qué?
– ¡Oh… nada!
Mr. Ramage la miró inquisitavmente con una ligera sonrisa.
– Me parece que, a la larga, es cuestión de ganarse la vida por cuenta propia – dijo Ann Veronica un tanto sonrojada-. Hasta que una hija no pueda hacer lo mismo que un hijo y tener ingresos independientes, seguirá atada. Puede ser una cuerda larga, bastante larga si usted quiera atar a ella a toda clase de personas. ¡Pero ahí está! Si el amo que paga tira de la cuerda… hay que volver a casa. Eso es lo que quiero decir.
“Ann Veronica”, HG Wells.
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