Estamos en el III Foro de Comunicación, Educación y Ciudadanía. Nos cuenta Rosa María Alfaro que es impresionante la oferta de capacitaciones. Formuladas como tal son simplistas, sin debate, son decaídas, pobres. Van generalizando que lo importante es encontrarse con otra gente. Acaban aburriendo y abrumando los contenidos. Es tomada más como talleres, exposiciones que como procesos educativos y de comunicación.
Nos damos cuenta de que se relacionan con la persona a capacitar como víctimas, como recipientes vacíos. Las exposiciones llegan en avalancha hacia la gente y las posibilidades de procesar son muy cortas. Se enquistan en el rol de víctima y no de transformadorxs. Nos agotamos en el discurso del lamento, de cómo los medios nos maltratan.
Tenemos que dejar de verles y hacerles permanecer en ese rol de víctima y dejarles clara su responsabilidad: todas las personas podemos y debemos transformar con nuestra comunicación.
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