A la salida de la merienda, después de sufrir un vídeo de cuatro horas de boda marroquí, me despedía de la novia:
– ¡Vaya! Últimamente estás muy metida en nuestras cosas. Estás aprendiendo mucho sobre nuestras costumbres, ¿verdad? ¿Te gustan? ¿A que somos normales?
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