– ¿Cómo estáis, ladies?
– ¿Cómo nos ves tú?
– ¡Yo a ti te veo muy guapa y muy contenta!
– Claro, porque todos los días me miro al espejo y me doy ánimos. Me pongo este pañuelo o el otro amarillo. Y me digo: ¡pero qué guapa que estás hoy! Y ya si pasa mi marido cerca le digo: ¡Ven aquí Tarzáaaaaan!
Nos reímos mucho con la lady más pasional y expresiva del grupo. Aprovechamos para trabajar el vocabulario con el resto, que están mucho menos sueltas.
– ¿Y tú, Aida, cómo te ves cada día en el espejo?
– Unos más flojo, otros bien -se esfuerza después de hablar largo y tendido en su idioma.
– Ainoa, ¿tú le dices lo mismo a tu marido si pasa cerca?
– ¡No, no! -se revuelve incómoda.
– Yo cuanto menos tiempo pase en casa mejor -explica Raquel-, porque tengo que hacer las cosas y es como un jarrón: tengo que estar cambiándole de sitio.
– ¿Pero él no hace cosas en casa también?
Cada una comenta. Algunos maridos hacen algunas tareas como ir a la compra, pero sólo uno cocina, por ejemplo. Hablan de ayudar. Yo les digo que no me gusta hablar de ayudar.
– Claro que sí. No tienen que ayudar, es responsabilidad suya también.
* Las ladies son un grupo de mujeres marroquís (y una de Ghana) que andan aprendiendo castellano. Los nombres están cambiados.
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