El próximo 25 de abril estaré presente en mi primera Asamblea de la Plataforma del Voluntariado de España, el sitio donde curro.
Aunque realmente será la segunda asamblea que vivo en mi vida, porque hace poco estuve en la de la organización con la que colaboro en el “proyecto ladies” XD.
Quizá sorprenda después de tantos años metida en estos temas que -en este año- sea la primera vez que vivo un proceso tan importante en el mundo asociativo.
En una asamblea -encuentro que se suele celebrar anualmente- se reúnen las personas relacionadas con la asociación: voluntariado, gente empleada… y las personas asociadas, que son quienes pagan una cuota y quienes votan en la Asamblea.
Se discute y aprueba la gestión realizada durante el año y se aprueban presupuestos para el siguiente año, líneas estratégicas y se toman otras decisiones de largo plazo. Dependiendo de los estatutos de la entidad, es posible que también se renueve el órgano de gobierno de la entidad.
La junta directiva o comisión permanente (cada asociación le pone el nombre que le sale, me temo, al equipo que gobierna) suele componerse de cargos que no tienen sueldo. En el caso de la Plataforma, cada cargo es asumido por una persona representante de una de las 73 organizaciones que forman la asociación.
Por estatutos, este año debe renovarse la comisión permanente de la Plataforma, así que es algo así como unas elecciones… nervios, listas, votaciones, cambios, luchas de poder, expectativas.
En el caso del equipo técnico (la gente contratada), nuestro cometido es organizar el encuentro. En él no tenemos ningún tipo de voz o voto.
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