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Tecnología

Dilema Google: Privacidad vs servicios útiles

Los teléfonos, direcciones y cuentas de crédito, los libros que se leen, las parejas que se tienen, los sitios web que se visitan, los vídeos que se ven… Todo esto está atesorado en los servidores de Google si se usa algún servicio propiedad del buscador.

En principio, Google nunca utiliza tales datos para nada negativo. De hecho, ni siquiera debería asociarlos a una única persona. Simplemente, un dato (la búsqueda de una isla del Caribe, por ejemplo) produce una respuesta (el anuncio de una web de viajes). Ése es el modo de funcionar de Google y para prestar su servicio con la máxima eficacia, necesita cuanta más información mejor.

Pero los expertos del marketing saben bien de las ventajas de ir creando perfiles únicos de usuarios, y que las ventas aumentan más cuando es posible cruzar unos datos con otros. A pesar de todo, todavía nadie tiene ninguna prueba fiable de que Google utilice los datos del usuario con mala fe, no es ése su negocio.

De hecho, es más que probable que ningún empleado de Google vea nunca ningún dato personal del usuario. Probablemente lo hacen sólo unas frías máquinas que tratan estos datos y los traducen en productos y servicios, en anuncios más o menos interesantes.

Es lo que se ha venido en llamar “googleware”, una brillante integración de hardware y software con un fuerte componente matemático, que funciona bien y gana tanto dinero porque no necesita de ninguna intervención humana.

Pero sea humano o artificial el acceso a estos datos, el caso es que la inmensa mayoría de los internautas que usan los servicios de Google han renunciado de forma casi absoluta a su privacidad. Y lo han hecho voluntariamente por un motivo muy claro: hasta la fecha no han percibido perjuicios ni problemas por hacerlo.

Por contra, sí han recibido claros beneficios: búsqueda intuitiva y sencilla de páginas web relevantes, servicio webmail gratuito y con espacio ilimitado, herramientas de colaboración para trabajar on line, etc.

Al final, queda en manos del usuario decidir si prefiere la privacidad sin servicios eficientes o bien opta por ceder sus datos a una empresa que le proporciona a cambio todas las herramientas que se pueden necesitar en Internet de forma gratuita.

En el artículo ¿Es Google peligroso?

Gracias, Isabel.

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