el blog de los proyectos de Olga Berrios

Activismo, Comunicación

¿Es noticiable un espectáculo de danza y discapacidad?

El otro día, Mar y yo iniciamos un debate. ¿Os acordáis de My dream? Es el espectáculo que da una compañía de danza china integrada por artistas con diferentes capacidades/discapacidades como sordera, ceguera, movilidad reducida o Síndrome de Down.

Mar se preguntaba si hay que dar importancia a este tipo de actos por el hecho de que son personas con discapacidad las protagonistas. Si esto es noticiable en periodismo social.

Os cuento algo. A pesar de lo poco que sé en cuanto a arte y discapacidad, me atrevo a hacer una especie de categorización. Para mí existen dos corrientes muy diferentes de arte y discapacidad:
1) El arte en el que se intenta que la persona con discapacidad consiga lo mismo o más que otro artista que no se considera discapacitado.
2) El arte que aprovecha los rasgos, formas, gestos y matices que crea esa discapacidad para transformarlos en nuevos elementos artísticos.

Ejemplo del punto primero sería el espectáculo “My dream”. Si no te llegan a decir que esas 21 bailarinas son sordas, ni lo notas.

Es muy difícil ejemplificar el punto dos sin haber visto en vivo espectáculos como el de la compañía como Flick Flock Danza. En ellos, una cojera o un pie que se arrasta, un tartamudeo o un tick nervioso forman un lenguaje propio y único.

La construcción de ambas corrientes me parecen noticiables:

  • Son una demostración de capacidad, no de discapacidad.
  • Son una chulería.
  • Abren la mente. Sobre todo la segunda corriente.
  • Visibilizan una realidad.
  • Quizá la primera corriente me puede generar más dudas, ya que puede parecer un intento porque sean ellos los que se adapten a un mundo hecho a la medida de unos pocos.

    En cuanto a esto, Llanes ponía un ejemplo. Imaginad que los que dirigen el mundo son atletas de alta competición. Todo estaría diseñado según sus marcas y sus capacidades. Al resto del personal nos llamarían discapacitados o minusválidos.

    Aún así, a menudo dudo que la adaptación a las convenciones tradicionales sea realmente el objetivo final de estos espectáculos.

    También es interesante que existan compañías mixtas. Y compañías en las que no se mencione la discapacidad.

    Aunque suene contradictorio, que viva la diferencia y la indiferencia.

    3 Comments

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      Ricardo Godoy

      Hola,
      para no ser descortés, primero me presento.
      Mi nombre ya lo sabés, soy de Argentina, Estudiante de Ciencia Política, navegante de la Web, muy interesado en cualquier tema social, político, filosófico, económico, histórico, científico, artístico, periodístico, etc. así que ya tenés una idea de cómo llegué a tu Web. La buena suerte.
      Con respecto a éste post en particular, me intereza el “análisis” porque es una cuestión cultural, de puntos de vista, de conceptos, y de otras cosas más…:

      “Mar se preguntaba si hay que dar importancia a este tipo de actos por el hecho de que son personas con discapacidad las protagonistas. Si esto es noticiable en periodismo social.”

      A mi parecer, sí es un acontecimiento noticiable en periodismo social porque toda sociedad “tiene” (alberga) un paradigma psicológico a nivel colectivo. ¿Qué es esto?, algo que podría describirse como el subconsiente de la “personalidad colectiva”. Aunque es sabido que los “prejuicios”, “conceptos”, “valores”, “principios”, y demás nociones de criterio valorativo o evaluativo son percepciones por demás conscientes. Quiero decir que todos, o casi todos, nos damos cuenta de este tipo de “manifestaciones” porque las vivimos al convivir, las sentimos, las analizamos, nos molestan, hacemos juicios de valor, nos quejamos. Eso es suficiente prueba de que no son algo que pasa totalmente desapercibido, sino algo significativo.
      Somos de sociedad distintas, culturas parecidas pero distintas, por tanto mantendremos, es probable, códigos y pautas de conducta discímiles. Por tanto un error en este análisis sería generalizar. Pero hay algo que ambos sabemos: estar fuera de los “estándares” socialmente aceptados como “normales”, en cualquier parte del mundo, es algo que tiene consecuencias significativas: xenofobia, odio racial, violencia, etc. Y eso lo digo para poder despejar la variable “discapacidad”, de esa manera no tenemos que ocuparnos de cómo influyen en cada una de nuestras sociedades. En cambio, nos ocupamos de cómo influyen las “diferencias”, en general. Como un “tipo ideal” (un modelo de referencia), y eso nos facilita la discusión. Es como si consensuáramos un lenguaje de valores culturales. Entonces, queda claro que de ahora en adelante voy a referirme al concepto “diferente” y sus derivados, en vez de tratar de analizar un concepto particular pero que, seguramente, no lo analizaría con los mismos parámetros que vos adoptaste de tu entorno, es decir del paradigma que te corresponde.

      Os cuento algo. A pesar de lo poco que sé en cuanto a arte y discapacidad, me atrevo a hacer una especie de categorización. Para mí existen dos corrientes muy diferentes de arte y discapacidad:

      “1) El arte en el que se intenta que la persona con discapacidad consiga lo mismo o más que otro artista que no se considera discapacitado.”

      En este punto es preciso definir términos, los cuales nos sirven de herramientas o parámetros para construir un análisis. ¿A qué llamás vos ARTE? o, lo que es lo mismo, ¿qué considerás por ARTE? Voy a recurrir, como ayuda, al Diccionario de la Real Academia Española. Cito:

      “Arte: del Latín, Ars o Artis, habilidad, profesión, arte. Actividad creativa del ser humano que consiste en transformar y combinar materiales, imágenes, sonidos, etc. para transmitir una idea o un sentimiento y producir un efecto estético (…) Conjunto de obras resultantes de esa actividad que pertenecen a un país, una época, un autor o una estética determinada: el arte italiano, el arte romano”

      Con eso es suficiente. Vos decís “el arte en el que se intenta que la persona con discapacidad consiga lo mismo o más que otro artista que no se considera discapacitado”. Ahí estás haciendo una clasificación del arte, estás rotulando cierta “rama” del arte, una rama particular y definida. Decís que hay un “arte” cuya característica es que “se intenta” que una persona cuya particularidad es poseer una “discapacidad” o limitación “consiga”, en tanto realizar, alcanzar, etc. “lo mismo o más que otro artista” que se diferencia por no padecer una discapacidad o limitación. Pero si esto fuera así, entonces dicho acontecimiento, el que tenemos de ejemplo, no sería un arte. Porque un arte es “una actividad creativa del ser humano”, es decir de cualquier ser humano sin importar sus particularidades físicas o psicológicas, “que consiste en transformar y combinar materiales, imágenes, sonidos, etc. para transmitir una idea o un sentimiento y producir un efecto estético”. Esto último efectivamente es realizado por la Compañia de danza china. Por tanto es un arte. Lo que lo caracteriza como “un tipo específico de arte” no es el que sea realizado por “discapacitados” sino que sea de la rama de la “danza”. El hecho de que quienes ejecutan la danza sean personas discapacitadas no es lo que adjetiviza al “arte en sí”, porque recordemos que arte es “una actividad creativa del ser humano” (de cualquier ser human), sin importar las características particulares del ser humano que lo realiza. Por tanto: el arte es “la danza” realizada por “seres humanos” de tal compañía. Si decimos que “es arte” porque en él se intenta que “personas con discapacidad” realicen lo mismo que “personas no discapacitadas” entonces no estamos describiendo un arte sino “una actividad” de tales características. Igualmente, dicha actividad es un arte, pero no porque “en esta actividad se intenta que personas con discapacidad hagan lo que hacen quienes no poseen discapacidad” sino porque “en esta actividad seres humanos ejecutan una danza”. Eso esto último lo que lo transforma en arte, el que sean discapacitados quienes “realizan el arte” es algo que no le incumbe al Arte como tal, sino a la sociedad que presencia el espectáculo, porque es allí donde adquiere un significado especial, porque es un hecho que mueve las estructuras del paradigma psicológico social, generando ruido, debates, preguntas, afirmaciones. Pero con esto no quiero decir que estabas equivocada, porque es precisamente ése paradigma histórico social el que genera situaciones como esta. Me refiero a que se utilice al arte y a los discapacitados para producir un show que asombra a las personas (aunque esto depende de la mentalidad de cada persona en particular, pero sabemos que el paradigma socio cultural afecta la mente de las personas por lo que podemos sospechar de cierto nivel de conciencia general, es decir “un concepto compartido”) porque “en él se trata que personas con discapacidad hagan lo mismo que personas no discapacitadas”. De pronto, no es “el arte de por sí” lo que asombra, en modo positivo, sino el hecho particular (¿Espectacular?) de que un discapacitado pueda “hacer arte” tan bien como un no discapacitado. Para mi, eso es decepcionante. Ya que “lo ideal” sería que apreciemos “su arte” por el sólo hecho de “ser arte” y no porque lograran hacer algo que, en nuestro inconciente particular y colectivo, pensábamos que no podrían (vuelvo a repetir: no todos pensarán eso, pero el paradigma social nos indica que ese es el concepto -prejuicio- instalado). Doy un humilde ejemplo: si yo fuera manco, y me dedicara a la pintura con un solo brazo, me gustaría que me felicitaran por mi arte, en cuanto que es arte según los parámetros “naturales” de lo que consideramos arte: expresión de sentimientos, juego de colores, formas, etc. y no que se asombraran porque, a pesar de mi discapacidad, logré hacer un arte. ya que mi arte no es un “arte discapacitado” sino que es arte de por sí. Sí podría decirse que es un “arte hecho por un discapacitado”, pero no es ese el reconocimiento que yo buscaría, ya que “la discapacidad” no es lo que debe “hacer la diferencia” (y así engendrar un nuevo arte “discapacitado”). Ahora, también se puede decir: hizo arte superando sus dificultades. Pero, en este caso, el arte no es “superar las dificultades” ya que eso es un elemento que caracteriza “mi arte” pero que no lo transforma en un “nuevo arte” sino que es parte de mi historia personal. El arte seguiría siendo “la pintura” que yo realicé “a pesar de mis limitaciones”. Son dos hechos que, si bien aparecen juntos y se tocan, no se fusionan para generar algo nuevo, a menos que se genere un movimiento de “artistas mancos de la pintura”. En ese caso podría decirse que hay un arte “de mancos”. Pero no sería arte por ser “hecho por mancos” sino que esa sería su particularidad, una particularidad que no es inherente al “arte como tal”. Por eso, si bien se que hay un “movimiento” de artistas con discapacidades, no creo correcto decir que sea arte porque sea de discapacitados. Lo mas apropiado sería decir que es arte de por sí, hecho por discapacitados. Lo segundo, aunque cambiara, no afecta a lo primero porque el arte que ellos hacen, fueran o no discapacitados, no dejaría de ser un arte. Por tanto así inducimos la “independencia del arte” del individuo de lo realiza. El arte es arte en cuanto que “expresa” algo a través de ciertos elementos y por un grupo humano que puede ser de tal nacionalidad o etnia o poseer tales características, pero no es esto lo que hace a su arte, sino lo primero. Lo último son las particularidades que le dan singularidad histórica a su arte. Con esto critico que lo que llame la atención del show, y por eso lo transforme en una “noticia social”, sea el hecho de que es una actividad realizada por discapacitados. Ya que, en tanto que sea arte, siempre será de “interés social”. El que sea realizado por discapacitados es secundario. Ahora, si el tema que intereza es “la gente discapacitada” entonces el hecho intereza porque es una actividad realizada “por discapacitados”, pero no intereza porque lo que realizaron fue “un arte”. Esto lo digo porque, al principio, decís:

      “Mar se preguntaba si hay que dar importancia a este tipo de actos por el hecho de que son personas con discapacidad las protagonistas. Si esto es noticiable en periodismo social”

      Allí estás preguntando si el “acto” es “noticiable en periodismo social” “por el hecho de que son personas con discapacidad las protagonistas”. Creo que el acto es “socialmente noticiable” tanto porque es realizado por personas discapacitadas (que desafían el molde coercitivo del paradigma social) como por el hecho de que el acto, a la vez, es un arte. Es decir: es noticiable visto como arte, arte como tal, o como actividad desarrollada por gente con limitaciones. Pero no creo que se deba decir que es noticiable porque es “un arte hecho por discapacitados”, puesto que lo llamativo no sería, entonces, en sentido positivo (discapacitados superándose) sino que se transforma en noticia por ser negativamente llamativo (discapacitados tratando de alcanzar a otros, tratando de amoldarse al sistema, cuando en realidad el sistema se tendría que amoldar a ellos). Los discapacitados no tienen que alcanzar a nadie, porque cada persona en un paradigma único. Si cada uno es particular, ¿porqué pedir a alguien que es “más particular que otros” que se adapte a las particularidades en común que mantiene la generalidad? Por eso te dije que con todo esto no señalo un error tuyo, sino que concuerdo con tu idea pero no con la manera de expresarlo. Detalle mínimo.

      “2) El arte que aprovecha los rasgos, formas, gestos y matices que crea esa discapacidad para transformarlos en nuevos elementos artísticos.”

      En esto estoy de acuerdo, puesto que el arte es una expresión y en este tipo de arte se expresa “aprovechando los rasgos… que crea esa discapacidad para transformarlos en nuevos elementos artísticos”. Es decir, se expresa a través de ellos. Genera y expresa algo. Pero, aún siendo ésto un arte (el hecho de aprobechar los rasgos…), no hace que lo anterior se transforme en arte, puesto que “el todo” sería arte por esta última particularidad, la de la expresión (mediante tales herramientas), pero no por aquel hecho que antes analizamos.

      “Ejemplo del punto primero sería el espectáculo “My dream”. Si no te llegan a decir que esas 21 bailarinas son sordas, ni lo notas.”

      Acá estarías diciendo que, tal, es “un arte en el que…” y porque “si no te llegan a decir que esas 21 bailarinas son sordas, ni lo notas”. Con ello hacés referencia a cómo esas bailarinas “alcanzan” a las bailarinas que no sufren su discapacidad. Pero no es tal hecho lo que hace al arte, sino lo otro, lo que estamos dejando de lado: la danza. El hecho de que “no parezcan sordas” puede asombrar, al punto de parecernos tan espectacular que lo comparamos con la espectacularidad de un arte, porque es “un desafío” al prejuicio social que llevamos incorporado. Al prejuicio de “las diferencias”, más en la teoría que en la práctica, insuperables.

      “Es muy difícil ejemplificar el punto dos sin haber visto en vivo espectáculos como el de la compañía como Flick Flock Danza. En ellos, una cojera o un pie que se arrasta, un tartamudeo o un tick nervioso forman un lenguaje propio y único.”

      Claro, ese “lenguaje” que “forman” a partir de…, es una “expresión humana” y por tanto un arte.

      La construcción de ambas corrientes me parecen noticiables:
      “# Son una demostración de capacidad, no de discapacidad.”

      Para mi no es lo importante el que “sean una demostración de capacidad, no de discapacidad” sino le hecho de que sea un arte de por sí. Pero si lo hacés “noticiable” por el factor de “la discapacidad” entonces generás un concepto que desafía al paradigma prejuicioso y, al desafiarlo, lo confirma, porque confirma su existencia y su validez cuando, creo, no hay nada que desafiar, porque dicho paradigma es una construcción de concenso parcial y no total. Por tanto, debe ser ignorado, pero no para olvidar que existe como problema, sino para construir a partir de lo positivo (la superación personal o el hecho del Arte mismo, sin importar quién lo haga) y no desde lo negativo (destruyendo un paradigma, en vez de instalar uno “mejor” en la conciencia social). Si el día de mañana, todos los discapacitados alcanzaran, a nivel artístico, el mismo resultado que los no discapacitados y ello sería noticia “por lo que puede hacer un discapacitado” aún seguiría pesando sobre ellos un prejuicio social que los seguiría distinguiendo: el hecho de que son discapacitados, pero no cualquier discapacitados, sino discapacitados que hacen arte como los no discapacitados. ¿Cual es el objetivo más alto al que podemos aspirar?: ¿terminar con el concepto de que un discapacitado no puede hacer lo mismo que un no discapacitado, (es decir que es deficiente) o terminar con el concepto “discapacitado” como un concepto de carga negativa? Lo primero no llevaría a lo segundo, porque el discapacitado seguiría siendo tal, y por ser tal, (por el hecho de ser un discapacitado, sin importar que haga arte) seguiría siendo discriminado. Si aspiramos a terminar con la carga negativa del concepto discapacitado, a partir de aprender a valorar “lo positivo” por sobre “lo negativo”: es decir, en este caso, el arte que produce una persona (sin importar como sea esa persona) por sobre el preconcepto de que “un discapacitado seguirá siéndolo aunque haga arte”, entonces daremos un paso más profundo. Porque “discapacitado” o es un término que, en la conciencia colectiva, evoca más “la diferencia” que “aquello que dicha persona no puede realizar”. En otras palabras, más crueles, aunque veamos a un discapacitado realizar una copia exacta de la Guernica, nos seguirá generando repulsión, más allá de “sus capacidades extraordinarias a pesar de sus limitaciones”, por el hecho de “ser diferente”, en tanto que mantengamos vivo concepto colectivo de lo que significa ser un discapacitado (un diferente). Seguirá siendo diferente, a pesar de… Pero admirar El Arte de tal ser humano, más allá de cómo sea ese ser humano, es valorar su expresión, el lenguaje de su alma, si esencia sentimental, por sobre su lenguaje externo (corporal) que es más un eco de nuestra miseria que un verdadero mensaje de tal persona. Porque, creo, descubrimos a la persona cuando la escuchamos hablar por dentro, y no en la primera impresión.

      # Son una chulería.
      # Abren la mente. Sobre todo la segunda corriente.

      “# Visibilizan una realidad.”

      Claro que visibilizan una realidad: el asombro del público ante lo que no esperaba. ¿Por qué no lo esperaba?…
      Obviamente, también se descubre la realidad de que “ellos también pueden”, pero no es esa la que despierta en el inconciente colectivo, sino la anterior, el asombro.

      “Quizá la primera corriente me puede generar más dudas, ya que puede parecer un intento porque sean ellos los que se adapten a un mundo hecho a la medida de unos pocos.”

      En esto coincido plenamente. Pero me gustaría tirarte el hilo de que no es “un mundo hecho a la medida de unos pocos” sino un mundo hecho a la medidad de “un tipo ideal”, cuyo carácter princial es “la eficiencia”. Si “el mundo” no quiere adaptarse a ellos, si el sistema no quiere, es porque dicho sistema intenta preservar su eficiencia (¿cuánto dinero se “desperdiciaría” en remodelar edificios, transportes, servicios públicos, etc. en vez de realizar una inversión que genere más ganancia?) El tipo ideal, eficiente, se adapta a los rasgor generales de las personas de este mundo. Podemos deducir que las personas con condiciones físicas “normales” son la mayoría en el mundo o, al menos, que no son la minoría. Con eso es suficiente para que puedan ser “eficientes”, y por ello el sistema y sus estructuras se adaptan a tales, y no a la minoría. Porque son aquellos rasgos generales los que le convienen, y no los otros.

      “En cuanto a esto, Llanes ponía un ejemplo. Imaginad que los que dirigen el mundo son atletas de alta competición. Todo estaría diseñado según sus marcas y sus capacidades. Al resto del personal nos llamarían discapacitados o minusválidos.”

      Aunque los que dirigiesen el mundo fuesen atletas, no significa que el mundo se parecerá a una pelota de fútbol, ya que lo que buscan “quienes controlan el sistema, la economía” no es un mundo adaptado a sus necesidades físiológicas (estoy seguro de que hay mucha gente poderosa y con discapacidades o dificultades de todo tipo). El molde no son ellos, sino sus intereses. Sus intereses son satisfechos en tanto que el “modelo de sociedad” y sus “instituciones” son “eficaces”. Ésto, porque su visión es “economicista”. Quiere decir que la solución a “los problemas” (más los sullos que los de la comunidad) los buscan desde un punto de vista económico, y obtienen respuestas economicistas que luego llevan a la práctica (Flexibilidad Laboral, LOCE -en Chile-, corralito -en Argentina- Latifundios -en todo el mundo- y también es parte de esto la policía, el ejército, las instituciones de control social, las Leyes, las pautas morales reinantes, etc.). Si su visión fuera “desde las necesidades de lo social” entonces adaptarían el sistema al hombre, y no viceverza. Adaptarían las escaleras a las sillas de ruedas, y no dejarían que los de las sillas de ruedas se las arreglen solos. Adaptarían las cárceles a las necesidades de los marginados, para reinsertarlos, y no serían lugares de tortura. O más aún (“Sean realistas, pidan lo imposible”.), no habría cárceles, porque no habría desocupados, ni necesidad de drogas (salvo algún loco), ni marginados, etc.

      Aún así, a menudo dudo que la adaptación a las convenciones tradicionales sea realmente el objetivo final de estos espectáculos.

      También es interesante que existan compañías mixtas. Y compañías en las que no se mencione la discapacidad.

      Aunque suene contradictorio, que viva la diferencia y la indiferencia.

      Si bien es difícil alcanzar ese tipo de “indiferencia” a la que te referís (y la cual yo comparto) no es imposible ni mucho menos. Parece serlo, porque no es un concepto instalado en uno, sino en la sociedad en general, y tampoco viene de ayer sino que es parte de una cultura, y las culturas toman cientos de años en formarse. (ya los oligopólicos eran considerados hijos del Diablo en la Edad Media y sus “aptitudes excepcionales” -como las capacidades matemáticas- eran consideradas dones obtenidos a partir de pactos con el demonio). Pero, ésto, más allá de parecer lo “utópico” en estos momento, en esta realidad contemporánea, también es “lo necesario” y por ello es un deber que no podemos ignorar. Como dice Galeano, “permitámonos soñar un momentito”.

      Es demaciado tarde, 4:15 AM, espero que recibas a bien este comentario. Un saludo.

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      Ricardo Godoy

      Hola,
      para no ser descortés, primero me presento.
      Mi nombre ya lo sabés, soy de Argentina, Estudiante de Ciencia Política, navegante de la Web, muy interesado en cualquier tema social, político, filosófico, económico, histórico, científico, artístico, periodístico, etc. así que ya tenés una idea de cómo llegué a tu Web. La buena suerte.
      Con respecto a éste post en particular, me interesa el “análisis” porque es una cuestión cultural, de puntos de vista, de conceptos, y de otras cosas más…:

      “Mar se preguntaba si hay que dar importancia a este tipo de actos por el hecho de que son personas con discapacidad las protagonistas. Si esto es noticiable en periodismo social.”

      A mi parecer, sí es un acontecimiento noticiable en periodismo social porque toda sociedad “tiene” (alberga) un paradigma psicológico a nivel colectivo. ¿Qué es esto?, algo que podría describirse como el subconsciente de la “personalidad colectiva”. Aunque es sabido que los “prejuicios”, “conceptos”, “valores”, “principios”, y demás nociones de criterio valorativo o evaluativo son percepciones por demás conscientes. Quiero decir que todos, o casi todos, nos damos cuenta de este tipo de “manifestaciones” porque las vivimos al convivir, las sentimos, las analizamos, nos molestan, hacemos juicios de valor, nos quejamos. Eso es suficiente prueba de que no son algo que pasa totalmente desapercibido, sino algo significativo.
      Somos de sociedad distintas, culturas parecidas pero distintas, por tanto mantendremos, es probable, códigos y pautas de conducta disímiles. Por tanto un error en este análisis sería generalizar. Pero hay algo que ambos sabemos: estar fuera de los “estándares” socialmente aceptados como “normales”, en cualquier parte del mundo, es algo que tiene consecuencias significativas: xenofobia, odio racial, violencia, etc. Y eso lo digo para poder despejar la variable “discapacidad”, de esa manera no tenemos que ocuparnos de cómo influyen en cada una de nuestras sociedades. En cambio, nos ocupamos de cómo influyen las “diferencias”, en general. Como un “tipo ideal” (un modelo de referencia), y eso nos facilita la discusión. Es como si consensuáramos un lenguaje de valores culturales. Entonces, queda claro que de ahora en adelante voy a referirme al concepto “diferente” y sus derivados, en vez de tratar de analizar un concepto particular pero que, seguramente, no lo analizaría con los mismos parámetros que vos adoptaste de tu entorno, es decir del paradigma que te corresponde.

      Os cuento algo. A pesar de lo poco que sé en cuanto a arte y discapacidad, me atrevo a hacer una especie de categorización. Para mí existen dos corrientes muy diferentes de arte y discapacidad:

      “1) El arte en el que se intenta que la persona con discapacidad consiga lo mismo o más que otro artista que no se considera discapacitado.”

      En este punto es preciso definir términos, los cuales nos sirven de herramientas o parámetros para construir un análisis. ¿A qué llamás vos ARTE? o, lo que es lo mismo, ¿qué considerás por ARTE? Voy a recurrir, como ayuda, al Diccionario de la Real Academia Española. Cito:

      “Arte: del Latín, Ars o Artis, habilidad, profesión, arte. Actividad creativa del ser humano que consiste en transformar y combinar materiales, imágenes, sonidos, etc. para transmitir una idea o un sentimiento y producir un efecto estético (…) Conjunto de obras resultantes de esa actividad que pertenecen a un país, una época, un autor o una estética determinada: el arte italiano, el arte romano”

      Con eso es suficiente. Vos decís “el arte en el que se intenta que la persona con discapacidad consiga lo mismo o más que otro artista que no se considera discapacitado”. Ahí estás haciendo una clasificación del arte, estás rotulando cierta “rama” del arte, una rama particular y definida. Decís que hay un “arte” cuya característica es que “se intenta” que una persona cuya particularidad es poseer una “discapacidad” o limitación “consiga”, en tanto realizar, alcanzar, etc. “lo mismo o más que otro artista” que se diferencia por no padecer una discapacidad o limitación. Pero si esto fuera así, entonces dicho acontecimiento, el que tenemos de ejemplo, no sería un arte. Porque un arte es “una actividad creativa del ser humano”, es decir de cualquier ser humano sin importar sus particularidades físicas o psicológicas, “que consiste en transformar y combinar materiales, imágenes, sonidos, etc. para transmitir una idea o un sentimiento y producir un efecto estético”. Esto último efectivamente es realizado por la Compañía de danza china. Por tanto es un arte. Lo que lo caracteriza como “un tipo específico de arte” no es el que sea realizado por “discapacitados” sino que sea de la rama de la “danza”. El hecho de que quienes ejecutan la danza sean personas discapacitadas no es lo que adjetiviza al “arte en sí”, porque recordemos que arte es “una actividad creativa del ser humano” (de cualquier ser human), sin importar las características particulares del ser humano que lo realiza. Por tanto: el arte es “la danza” realizada por “seres humanos” de tal compañía. Si decimos que “es arte” porque en él se intenta que “personas con discapacidad” realicen lo mismo que “personas no discapacitadas” entonces no estamos describiendo un arte sino “una actividad” de tales características. Igualmente, dicha actividad es un arte, pero no porque “en esta actividad se intenta que personas con discapacidad hagan lo que hacen quienes no poseen discapacidad” sino porque “en esta actividad seres humanos ejecutan una danza”. Eso esto último lo que lo transforma en arte, el que sean discapacitados quienes “realizan el arte” es algo que no le incumbe al Arte como tal, sino a la sociedad que presencia el espectáculo, porque es allí donde adquiere un significado especial, porque es un hecho que mueve las estructuras del paradigma psicológico social, generando ruido, debates, preguntas, afirmaciones. Pero con esto no quiero decir que estabas equivocada, porque es precisamente ése paradigma histórico social el que genera situaciones como esta. Me refiero a que se utilice al arte y a los discapacitados para producir un show que asombra a las personas (aunque esto depende de la mentalidad de cada persona en particular, pero sabemos que el paradigma socio cultural afecta la mente de las personas por lo que podemos sospechar de cierto nivel de conciencia general, es decir “un concepto compartido”) porque “en él se trata que personas con discapacidad hagan lo mismo que personas no discapacitadas”. De pronto, no es “el arte de por sí” lo que asombra, en modo positivo, sino el hecho particular (¿Espectacular?) de que un discapacitado pueda “hacer arte” tan bien como un no discapacitado. Para mi, eso es decepcionante. Ya que “lo ideal” sería que apreciemos “su arte” por el sólo hecho de “ser arte” y no porque lograran hacer algo que, en nuestro inconciente particular y colectivo, pensábamos que no podrían (vuelvo a repetir: no todos pensarán eso, pero el paradigma social nos indica que ese es el concepto -prejuicio- instalado). Doy un humilde ejemplo: si yo fuera manco, y me dedicara a la pintura con un solo brazo, me gustaría que me felicitaran por mi arte, en cuanto que es arte según los parámetros “naturales” de lo que consideramos arte: expresión de sentimientos, juego de colores, formas, etc. y no que se asombraran porque, a pesar de mi discapacidad, logré hacer un arte. ya que mi arte no es un “arte discapacitado” sino que es arte de por sí. Sí podría decirse que es un “arte hecho por un discapacitado”, pero no es ese el reconocimiento que yo buscaría, ya que “la discapacidad” no es lo que debe “hacer la diferencia” (y así engendrar un nuevo arte “discapacitado”). Ahora, también se puede decir: hizo arte superando sus dificultades. Pero, en este caso, el arte no es “superar las dificultades” ya que eso es un elemento que caracteriza “mi arte” pero que no lo transforma en un “nuevo arte” sino que es parte de mi historia personal. El arte seguiría siendo “la pintura” que yo realicé “a pesar de mis limitaciones”. Son dos hechos que, si bien aparecen juntos y se tocan, no se fusionan para generar algo nuevo, a menos que se genere un movimiento de “artistas mancos de la pintura”. En ese caso podría decirse que hay un arte “de mancos”. Pero no sería arte por ser “hecho por mancos” sino que esa sería su particularidad, una particularidad que no es inherente al “arte como tal”. Por eso, si bien se que hay un “movimiento” de artistas con discapacidades, no creo correcto decir que sea arte porque sea de discapacitados. Lo mas apropiado sería decir que es arte de por sí, hecho por discapacitados. Lo segundo, aunque cambiara, no afecta a lo primero porque el arte que ellos hacen, fueran o no discapacitados, no dejaría de ser un arte. Por tanto así inducimos la “independencia del arte” del individuo de lo realiza. El arte es arte en cuanto que “expresa” algo a través de ciertos elementos y por un grupo humano que puede ser de tal nacionalidad o etnia o poseer tales características, pero no es esto lo que hace a su arte, sino lo primero. Lo último son las particularidades que le dan singularidad histórica a su arte. Con esto critico que lo que llame la atención del show, y por eso lo transforme en una “noticia social”, sea el hecho de que es una actividad realizada por discapacitados. Ya que, en tanto que sea arte, siempre será de “interés social”. El que sea realizado por discapacitados es secundario. Ahora, si el tema que interesa es “la gente discapacitada” entonces el hecho interesa porque es una actividad realizada “por discapacitados”, pero no interesa porque lo que realizaron fue “un arte”. Esto lo digo porque, al principio, decís:

      “Mar se preguntaba si hay que dar importancia a este tipo de actos por el hecho de que son personas con discapacidad las protagonistas. Si esto es noticiable en periodismo social”

      Allí estás preguntando si el “acto” es “noticiable en periodismo social” “por el hecho de que son personas con discapacidad las protagonistas”. Creo que el acto es “socialmente noticiable” tanto porque es realizado por personas discapacitadas (que desafían el molde coercitivo del paradigma social) como por el hecho de que el acto, a la vez, es un arte. Es decir: es noticiable visto como arte, arte como tal, o como actividad desarrollada por gente con limitaciones. Pero no creo que se deba decir que es noticiable porque es “un arte hecho por discapacitados”, puesto que lo llamativo no sería, entonces, en sentido positivo (discapacitados superándose) sino que se transforma en noticia por ser negativamente llamativo (discapacitados tratando de alcanzar a otros, tratando de amoldarse al sistema, cuando en realidad el sistema se tendría que amoldar a ellos). Los discapacitados no tienen que alcanzar a nadie, porque cada persona en un paradigma único. Si cada uno es particular, ¿porqué pedir a alguien que es “más particular que otros” que se adapte a las particularidades en común que mantiene la generalidad? Por eso te dije que con todo esto no señalo un error tuyo, sino que concuerdo con tu idea pero no con la manera de expresarlo. Detalle mínimo.

      “2) El arte que aprovecha los rasgos, formas, gestos y matices que crea esa discapacidad para transformarlos en nuevos elementos artísticos.”

      En esto estoy de acuerdo, puesto que el arte es una expresión y en este tipo de arte se expresa “aprovechando los rasgos… que crea esa discapacidad para transformarlos en nuevos elementos artísticos”. Es decir, se expresa a través de ellos. Genera y expresa algo. Pero, aún siendo ésto un arte (el hecho de aprovechar los rasgos…), no hace que lo anterior se transforme en arte, puesto que “el todo” sería arte por esta última particularidad, la de la expresión (mediante tales herramientas), pero no por aquel hecho que antes analizamos.

      “Ejemplo del punto primero sería el espectáculo “My dream”. Si no te llegan a decir que esas 21 bailarinas son sordas, ni lo notas.”

      Acá estarías diciendo que, tal, es “un arte en el que…” y porque “si no te llegan a decir que esas 21 bailarinas son sordas, ni lo notas”. Con ello hacés referencia a cómo esas bailarinas “alcanzan” a las bailarinas que no sufren su discapacidad. Pero no es tal hecho lo que hace al arte, sino lo otro, lo que estamos dejando de lado: la danza. El hecho de que “no parezcan sordas” puede asombrar, al punto de parecernos tan espectacular que lo comparamos con la espectacularidad de un arte, porque es “un desafío” al prejuicio social que llevamos incorporado. Al prejuicio de “las diferencias”, más en la teoría que en la práctica, insuperables.

      “Es muy difícil ejemplificar el punto dos sin haber visto en vivo espectáculos como el de la compañía como Flick Flock Danza. En ellos, una cojera o un pie que se arrastra, un tartamudeo o un tick nervioso forman un lenguaje propio y único.”

      Claro, ese “lenguaje” que “forman” a partir de…, es una “expresión humana” y por tanto un arte.

      La construcción de ambas corrientes me parecen noticiables:
      “# Son una demostración de capacidad, no de discapacidad.”

      Para mi no es lo importante el que “sean una demostración de capacidad, no de discapacidad” sino le hecho de que sea un arte de por sí. Pero si lo hacés “noticiable” por el factor de “la discapacidad” entonces generás un concepto que desafía al paradigma prejuicioso y, al desafiarlo, lo confirma, porque confirma su existencia y su validez cuando, creo, no hay nada que desafiar, porque dicho paradigma es una construcción de consenso parcial y no total. Por tanto, debe ser ignorado, pero no para olvidar que existe como problema, sino para construir a partir de lo positivo (la superación personal o el hecho del Arte mismo, sin importar quién lo haga) y no desde lo negativo (destruyendo un paradigma, en vez de instalar uno “mejor” en la conciencia social). Si el día de mañana, todos los discapacitados alcanzaran, a nivel artístico, el mismo resultado que los no discapacitados y ello sería noticia “por lo que puede hacer un discapacitado” aún seguiría pesando sobre ellos un prejuicio social que los seguiría distinguiendo: el hecho de que son discapacitados, pero no cualquier discapacitados, sino discapacitados que hacen arte como los no discapacitados. ¿Cual es el objetivo más alto al que podemos aspirar?: ¿terminar con el concepto de que un discapacitado no puede hacer lo mismo que un no discapacitado, (es decir que es deficiente) o terminar con el concepto “discapacitado” como un concepto de carga negativa? Lo primero no llevaría a lo segundo, porque el discapacitado seguiría siendo tal, y por ser tal, (por el hecho de ser un discapacitado, sin importar que haga arte) seguiría siendo discriminado. Si aspiramos a terminar con la carga negativa del concepto discapacitado, a partir de aprender a valorar “lo positivo” por sobre “lo negativo”: es decir, en este caso, el arte que produce una persona (sin importar como sea esa persona) por sobre el preconcepto de que “un discapacitado seguirá siéndolo aunque haga arte”, entonces daremos un paso más profundo. Porque “discapacitado” o es un término que, en la conciencia colectiva, evoca más “la diferencia” que “aquello que dicha persona no puede realizar”. En otras palabras, más crueles, aunque veamos a un discapacitado realizar una copia exacta de la Guernica, nos seguirá generando repulsión, más allá de “sus capacidades extraordinarias a pesar de sus limitaciones”, por el hecho de “ser diferente”, en tanto que mantengamos vivo concepto colectivo de lo que significa ser un discapacitado (un diferente). Seguirá siendo diferente, a pesar de… Pero admirar El Arte de tal ser humano, más allá de cómo sea ese ser humano, es valorar su expresión, el lenguaje de su alma, si esencia sentimental, por sobre su lenguaje externo (corporal) que es más un eco de nuestra miseria que un verdadero mensaje de tal persona. Porque, creo, descubrimos a la persona cuando la escuchamos hablar por dentro, y no en la primera impresión.

      # Son una chulería.
      # Abren la mente. Sobre todo la segunda corriente.

      “# Visibilizan una realidad.”

      Claro que visibilizan una realidad: el asombro del público ante lo que no esperaba. ¿Por qué no lo esperaba?…
      Obviamente, también se descubre la realidad de que “ellos también pueden”, pero no es esa la que despierta en el inconciente colectivo, sino la anterior, el asombro.

      “Quizá la primera corriente me puede generar más dudas, ya que puede parecer un intento porque sean ellos los que se adapten a un mundo hecho a la medida de unos pocos.”

      En esto coincido plenamente. Pero me gustaría tirarte el hilo de que no es “un mundo hecho a la medida de unos pocos” sino un mundo hecho a la medida de “un tipo ideal”, cuyo carácter principal es “la eficiencia”. Si “el mundo” no quiere adaptarse a ellos, si el sistema no quiere, es porque dicho sistema intenta preservar su eficiencia (¿cuánto dinero se “desperdiciaría” en remodelar edificios, transportes, servicios públicos, etc. en vez de realizar una inversión que genere más ganancia?) El tipo ideal, eficiente, se adapta a los rasgos generales de las personas de este mundo. Podemos deducir que las personas con condiciones físicas “normales” son la mayoría en el mundo o, al menos, que no son la minoría. Con eso es suficiente para que puedan ser “eficientes”, y por ello el sistema y sus estructuras se adaptan a tales, y no a la minoría. Porque son aquellos rasgos generales los que le convienen, y no los otros.

      “En cuanto a esto, Llanes ponía un ejemplo. Imaginad que los que dirigen el mundo son atletas de alta competición. Todo estaría diseñado según sus marcas y sus capacidades. Al resto del personal nos llamarían discapacitados o minusválidos.”

      Aunque los que dirigiesen el mundo fuesen atletas, no significa que el mundo se parecerá a una pelota de fútbol, ya que lo que buscan “quienes controlan el sistema, la economía” no es un mundo adaptado a sus necesidades fisiológicas (estoy seguro de que hay mucha gente poderosa y con discapacidades o dificultades de todo tipo). El molde no son ellos, sino sus intereses. Sus intereses son satisfechos en tanto que el “modelo de sociedad” y sus “instituciones” son “eficaces”. Ésto, porque su visión es “economicista”. Quiere decir que la solución a “los problemas” (más los suyos que los de la comunidad) los buscan desde un punto de vista económico, y obtienen respuestas economicistas que luego llevan a la práctica (Flexibilidad Laboral, LOCE -en Chile-, corralito -en Argentina- Latifundios -en todo el mundo- y también es parte de esto la policía, el ejército, las instituciones de control social, las Leyes, las pautas morales reinantes, etc.). Si su visión fuera “desde las necesidades de lo social” entonces adaptarían el sistema al hombre, y no viceversa. Adaptarían las escaleras a las sillas de ruedas, y no dejarían que los de las sillas de ruedas se las arreglen solos. Adaptarían las cárceles a las necesidades de los marginados, para reinsertarlos, y no serían lugares de tortura. O más aún (“Sean realistas, pidan lo imposible”.), no habría cárceles, porque no habría desocupados, ni necesidad de drogas (salvo algún loco), ni marginados, etc.

      Aún así, a menudo dudo que la adaptación a las convenciones tradicionales sea realmente el objetivo final de estos espectáculos.

      También es interesante que existan compañías mixtas. Y compañías en las que no se mencione la discapacidad.

      Aunque suene contradictorio, que viva la diferencia y la indiferencia.

      Si bien es difícil alcanzar ese tipo de “indiferencia” a la que te referís (y la cual yo comparto) no es imposible ni mucho menos. Parece serlo, porque no es un concepto instalado en uno, sino en la sociedad en general, y tampoco viene de ayer sino que es parte de una cultura, y las culturas toman cientos de años en formarse. (ya los oligopólicos eran considerados hijos del Diablo en la Edad Media y sus “aptitudes excepcionales” -como las capacidades matemáticas- eran consideradas dones obtenidos a partir de pactos con el demonio). Pero, ésto, más allá de parecer lo “utópico” en estos momento, en esta realidad contemporánea, también es “lo necesario” y por ello es un deber que no podemos ignorar. Como dice Galeano, “permitámonos soñar un momentito”.

      Es demasiado tarde, 4:15 AM, espero que recibas a bien este comentario. Un saludo.

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      José Peña

      Creo que entendíste mal cuando él dijo lo de arte puesto que no definía arte sino señalaba dos tendencias para clasificar. Otra cosa, el ignorar algo no quiere decir que no esté, si comprendes y aceptas una discapacidad y valoras el esfuerzo no estás resaltando un prejuicio, sino la voluntad y el espíritu del hombre.

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