Muy común en reuniones de voluntariado o de cualquier tipo de participación ciudadana o creatividad. Sólo se da en grupos donde la mayoría de los y las integrantes no tienen demasiada experiencia.
Se crea un clima de ilusión y la gente -llevada por el entusiasmo- propone cientos de cosas, a veces llamativamente inviables.
Probablemente, la mayoría de las propuestas no surjan porque los participantes no vuelven a aparecer o porque alzaron la mano para proponer sin tener en cuenta que esto implica comprometerse a hacer algo.
El fenómeno se puede comparar con la vida de una cerilla, que bien prende al principio, pero en unos segundos es ceniza.
Elena
Jajaja, Olga…cómo se nota que tienes experiencia en estas reuniones! Tienes razón, se ve y se oye cada cosa a veces…
Elenis
Oh, esto me suena a algo audaz…
Olga
Lo que cuento no sale por generación espontánea, señorita Elenis. Me fijo en vivencias y en comentarios de los demás.