Ayer, ¡por fin!, hizo bueno y Juan y yo nos fuimos con su bazooka a cazar estrellas.
Cuál es mi sorpresa, no os riáis, cuando al mirar a la nebulosa de Orión y, dejar un ratillo de mirar, de repente vuelvo al ocular y ¡desapareció!
Primera y gran lección de la noche: la Tierra se mueve.
Lo más espectacular fue, sin duda, Saturno, la estrella de la velada.
|| Dibujo vía Let’s Kill
Laura
e pur se muove… 😉